Creo que, como todos en este confinamiento, vivo en una constante montaña rusa de emociones… Hay días que me enredo con cualquier actividad en mi Instagram o tontería como hacer un “TikTok” (puedes verme hacer el “gamba” aquí) y parece que voy de subidón... pero, hay días que la ansiedad, el miedo y la incertidumbre en este confinamiento se ceban con mi espíritu y voy de cabeza…
Una quiere pensar que es importante mantener el optimismo para sobrellevar mejor toda esta situación pero, la mente es equilibrio (o debería) y clama por sus días de lluvia y melancolía porque la felicidad constante no encaja en este puzle de rutina impuesta que, como el zoom de una cámara, no para de intentar auto ajustarse y al final siempre sale una foto borrosa…
Quizá es eso, que estoy desenfocada, quizá solo necesito desactivar el “automático” para hacerme una fotografía interna en modo “profesional” y eso también requiere un largo aprendizaje, lo malo es que viene sin manual…
Para ayudarnos un poco más a gestionar nuestras emociones durante este confinamiento y, también, para aprender a identificarlas y saber manejarlas según nuestra personalidad, hoy cuento con Raquel Reguero, psicóloga y coach, que nos brinda un texto muy interesante lleno de pautas y aspectos muy curiosos del ser humano y sus diferentes modos de gestionar las emociones como la alegría, la tristeza, el miedo o la ira, un “cóctel” de emociones muy básicas al que todos le pegamos un trago casi cada día en esa montaña rusa en la que vivimos a causa de esta pandemia…. luego, claro está, ¡nos da una buena resaca!
Montaña rusa es la metáfora que más estoy escuchando estos días para referirnos a cómo nos estamos sintiendo en el confinamiento que nos ha tocado vivir. Si te identificas con esos altibajos te doy la enhorabuena, esto es totalmente natural y es un indicador de que tu mundo emocional funciona correctamente.
Por supuesto que te gustaría estar feliz, contento, animado y lleno de energía todos los días a todas horas. La alegría es la emoción más deseada porque es muy agradable pero, no es posible sentirse así siempre porque en la vida ocurren cosas que te disgustan.
Cuando percibes una amenaza lo natural es sentir miedo, cuando sufres una pérdida sentirás tristeza y en los momentos que sientes una injusticia te enfadarás. A cada situación le toca una emoción. Es como un sencillo puzle de dos piezas, podemos intentar hacer encajar piezas que no corresponden pero llega un momento en el que el puzle no ajusta bien y se desarma.
Seguro que conoces el cuento “El monstruo de colores”. En el confinamiento, las emociones se han entremezclado y te sientes como el simpático monstruo al principio del cuento. Te ayudaría mucho separar esas emociones. Intentaré ayudarte:
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Sientes miedo porque hay una amenaza real, un virus peligroso y muy contagioso.
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Sientes tristeza porque has perdido tu libertad (no puedes salir de casa cuando quieres ni realizar actividades que te gustan). Además puede ser que hayas perdido tu salud, tu trabajo o incluso algún ser querido.
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Sientes ira o enfado porque ¿qué has hecho tú para merecer esto?
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Sientes alegría cuando oyes buenas noticias.
Como ves, la situación actual merece todas las emociones. Unos días te centras más en una que en las otras, pero todas están ahí. Cuando oyes que la vacuna todavía está lejos es fácil que tu miedo tome el protagonismo o si en las noticias insisten en el número de fallecidos la tristeza asoma con fuerza.
Tu personalidad también influye en la manera en cómo gestionas las emociones. Utilizando una teoría muy sencilla que se basa en la que desarrolló el psicólogo William Marston (Teoría del DISC), te diré que hay 4 tipos de personas:
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ROJOS (DOMINANTE, INTENSO): Extrovertidos, decididos, cargados de energía, tienen mucha fuerza de voluntad, les gustan los nuevos retos y no tienen paciencia.
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AMARILLOS (INFLUYENTE, ALEGRE): Optimistas, contagian su alegría, les gusta relacionarse con los demás, se guían mucho por su intuición, desordenados y distraídos.
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VERDES (SERENO, TRANQUILO): Les gusta escuchar y ayudar. Son pacientes, se bloquean con la velocidad y los cambios continuos. Les cuesta mucho decir “no”.
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AZULES (CONCIENZUDO, CUADRICULADO): Cuidadosos, ordenados, muy responsables, perfeccionistas. Les gusta aprender cosas nuevas. No saben improvisar, lo tienen que tener todo controlado.
En la siguiente tabla te indico de manera muy resumida cómo actúa cada personalidad ante las distintas emociones y su punto de mejora:
Puedes encontrar una explicación más amplia en la serie “emociones” que he hecho en Instagram TV (@raquel.reguero) o en este video donde están recopilados todos los vídeos de esta serie con muchas pautas y consejos para gestionar estas emociones en base a cada personalidad que, sin duda, nos abordan a diario durante esta situación de confinamiento, espero que te sea de mucha ayuda:
Y me despido recordándote que la emoción que sientes está relacionada con la interpretación que haces de la situación y en función de esa emoción actuarás de determinada manera y. según lo que hagas, el resultado que obtendrás será diferente. Este trabalenguas se representaría así:
¡No reprimas tus emociones y vive cada día con la que toca!
¿Que os ha parecido? ¿Verdad es que es muy interesante la teoría del DISC para averiguar cómo actuamos según nuestro color que nos ha enseñado Raquel? A mi me encanta escuchar a Raquel como lo explica todo tan bien, así que ¡no te pierdas el anterior vídeo para conocerla en acción!
Personalmente, yo creo que es raro encontrar a una persona que sea 100% de un color, después de todo lo que he aprendido en este post, yo me veo entre una mezcla de amarillo-verde-azul, jajajaja, ¡un poco más y ya me quedo en “arcoiris”! Creo que encajo en un color u en otro según la situación en la que me encuentre pero, lo que me queda claro, es que es importante aceptar las emociones que sentimos porque no hay emoción negativa porque todas son necesarias y no debemos reprimirlas, pero si tenemos que aprender a ajustar su intensidad para encontrar el equilibrio que todos necesitamos para vivir en armonía con nosotros mismos para ofrecer nuestra mejor versión a los que nos rodean.
Eso si, ¡yo quiero que me cuentes de qué color eres tu! ¿Me lo cuentas en los comentarios?
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