Antes de contarte todos los secretos de la “Terapia de autocuidado para Superwomans” te voy a contar brevemente un día cualquiera de mi vida… seguro que se parecerá bastante al tuyo…
“Son casi las 23h de la noche y acabo de “aterrizar” en la cama después de un día agotador desde las 06:30h de la mañana que me he levantado, y en vez de ponerme a leer o a dormir, no se me ocurre mejor idea que coger el portátil y ponerme a escribir este post… ¿ganas? Ninguna, pero ¿y cuando encuentro tiempo para escribir el blog? ¿cuando encuentro tiempo para leer la cantidad de libros que me esperan en la mesita de noche? ¿cuando encuentro tiempo para mí misma?
Durante el día de hoy creo que sólo he pensado en mí misma mientras me duchaba, me ponía mis cremas y me maquillaba… ese pequeño espacio de tiempo de unos 20 minutos en el que todos aún duermen en casa, porque claro, me levanto más pronto para hacerlo tranquila… ¡y SOLA! Y es que, en cuanto alguno de ellos se despierta, ya todo mi mundo interior se queda en pausa y se activa ese mundo de prisas, de estrés, de carreras contra reloj, de decisiones que tomar, de apagar un “incendio” tras otro, de salvar obstáculos hasta que me dejo caer a plomo en la silla de la oficina para… seguir pensando en otra cosa que no soy yo: el trabajo.
Pasan las horas y voy recordando que tengo que comprar esto y aquello en el supermercado, que tengo que ir al dentista, que tengo la reunión del cole, que si pasado mañana alguno tiene pediatra… y antes de que me estalle la cabeza con la infinidad de listas mentales que se superponen una tras otra en mi memoria saturada, empiezo a anotar las cosas en el primer post-it que encuentro en mi mesa para descargar algo de información y es que mi mente empieza a enviarme mensajes de “No queda espacio de almacenamiento”, igual que el móvil (vaciarlo también es otra tarea pendiente más en mi mente, como no). Menos mal que mi cuerpo es sabio y al menos me ayuda a recordar que tengo que comer y beber, jajaja…
Y salgo del trabajo, y la mente empieza el tercer “round”: recoger a los niños del cole y volver a casa, ya sabes, meriendas, baños, cenas, lavadoras, etc, etc, etc. y llego a la cama, y cojo el portátil, ¿en serio? Hace un par de años coger el portátil era también pensar en mí misma, pensar en mi proyecto, en mi ilusión, en mi meta… también se ha quedado, en cierto modo, enterrado bajo la pérdida de motivación y el hastío de luchar contra el cúmulo de barreras y dificultades que pueblan este mundo mediático de las redes sociales… pero es bueno escribir, me hace bien escribir, y sigo escribiendo… pero cuando quiero, sin horarios, sin acostarme a las tantas.
He aprendido que ya no me compensa, no me compensa para mi salud ni tampoco me compensa perder tiempo junto a mi familia, me ha costado “entrenar” esa renuncia y confieso que ahora soy mucho más feliz y ha sido un primer paso en mi AUTOCUIDADO.“
Yo y mis post-it… una manera como otra cualquiera de representar la carga mental femenina
EL MITO DE LA SUPERWOMAN Y LA MULTITAREA
Y así cada día… y así muchas de nosotras, con esa idea que hemos ido adoptando de que el “alto rendimiento” es lo que está más valorado hoy en día, y nosotras, como buenas “superwomans”, hemos ido adoptando mas y mas tareas y, además, hemos demostrado que somos capaces de hacerlas muy bien, hemos crecido pensando en el “yo puedo”, nos incomoda dejar cosas por hacer, nos genera desasosiego… ¡no sabemos estarnos quietas!. ¿Y cuándo se hace todo? Pues nunca, y mas cuando estamos realizando 7 roles a la vez, y si nos sobra un hueco, nos buscamos otro rol, otra tarea más, para sentirnos satisfechas con nosotras mismas, para premiarnos a nosotras mismas, no nos parece ÚTIL descansar.
Pero llega un momento en que el cuerpo dice “no, no puedes” y si no paras, tranquila, tu cuerpo te parará quizá con una crisis severa de migraña, quizá con un ataque de ansiedad… yo ya lo he experimentado.
Nos obcecamos en que todo esté hecho YA, con lo cual no sabemos priorizar, no podemos estar al 100% en todo a la vez, perdemos foco de atención, porque no, la MULTITAREA no existe, ni nosotras ni nadie es capaz de hacer realmente varias tareas a la vez con una concentración plena, todas se hacen “a medias” y todas se disfrutan, obviamente, “a medias”… lo mismo pasa con la tarea de pensar en nosotras mismas, la tarea de nuestro “autocuidado” tampoco es al 100%, ni si quiera nos paramos a respirar como deberíamos…
Tenemos la atención tan dispersa entre tantas tareas que no disfrutamos de nada, y acabamos el día cansadas y frustradas porque sentimos que no estamos realizadas (“¿cómo puede ser, si soy una superwoman?”) y posiblemente fustigándonos por haber dejado aún alguna tarea por hacer… ah, la CULPA, también es nuestra compañera de viaje, llenando nuestra “mochila” para poner la guinda a nuestro pastel mental particular.
Fotografía válida para representar cuando el cuerpo te para con una migraña o cuando la “radiomente” se pone a funcionar sin límite (en este caso fue lo primero)
LA “RADIOMENTE”
No sé si es algo que nos viene de serie a las mujeres, pero la “radiomente”, como bien la llama Charuca, es esa voz interior que tenemos activada las 24h, incluso soñando estamos ahí con la antena puesta, haciendo listas imaginarias en el techo del dormitorio, con la preocupación de esto o aquello, de hacer así o asá, de no llegar aquí o allá… estamos en todas partes, menos donde tenemos que estar: PRESENTE.
Lamentablemente, no podemos evitar que nos vengan pensamientos a la cabeza, la única solución es identificar esa incomodidad y decidir no centrarnos en ella. Es como cuando escuchamos la aspiradora de fondo, si conseguimos quitar la atención de ese sonido, podemos concentrarnos en lo que estamos haciendo. Funciona, os lo digo en serio, incluso a veces digo en voz alta “NO, no quiero pensar ahora en eso” y mi mente se resetea, aunque sea un rato… Recuerda que la mayoría del tiempo estamos “rumiando” problemas imaginarios que, lo más probable, es que no sucedan nunca. SIMPLIFICA.
TOLERAR LA INCOMODIDAD
Lo sé, te has tropezado varias veces con ese calcetín de tus hijos en medio del pasillo, nadie parece verlo más que tu, o esa ropa por doblar (mas bien hecha una bola en un rincón) o esa maldita cama por hacer… y son como cantos de sirena que te llaman para recogerlo, doblarlo o hacerlo (vamos, un TOC de narices) y el caso es que te pilla de camino de hacer otra cosa. Es muy probable que si te paras a hacerla se te olvide después aquello que ibas a hacer, y venga acumular tareas, y venga falta de descanso, cada vez que te detienes a resolver algo que deberían haber hecho otros, el sofá, tu merecido sofá, está mucho más lejos.
¿Qué quiero YO? ¿Qué motivos concretos tengo para hacer esa tarea? Está claro, no lo soportas, tu “TOC” por el orden o por lo que sea que tiene que resolverse te acechan, pero, estamos aprendiendo a autocuidarnos, no somos la “recogedora” del mundo, no, porque si no renuncias a hacerlo será otra tarea más en tu ya abultada mochila de tareas. “NO”, dile NO a tu mente, y pasa por encima del calcetín, y pasa de largo por la bola de ropa, y no hagas hoy la maldita cama, hoy NO, aunque te enerve por dentro, te estás curando. Aprender a tolerar la incomodidad, la ansiedad que nos produce eso que no está hecho, dándonos la auto instrucción de que tolerar eso nos está haciendo fuertes, es terapéutico.
REENTRENAMIENTO DE LA ATENCIÓN
Ya hemos hablado del Mindfulness en el blog, de hecho te contamos como practicar Mindfulness en familia, y sé que me vas a decir que no tienes tiempo para hacer eso, claro, ¿cuando te vas a parar a sentarte a respirar y a meditar si más bien vas a resuello y meditar para ti es sinónimo de hacer más y más listas mentales?
Pues te lo voy a poner fácil, de hecho, te va a gustar tanto que lo vas a hacer sin darte cuenta. Podemos practicar el Mindfulness (que no es otra cosa que tener la mente en el presente siendo conscientes del aquí y el ahora) simplemente poniendo el foco en una tarea que hagamos de forma automática, tareas de baja atención, como tomarnos un café o desmaquillarnos, parándonos sobre nosotras mismas para prestarnos atención, sintiendo el sabor, la temperatura, el olor de ese café… o al desmaquillarnos, sentir las texturas y los olores de nuestras cremas favoritas, sentir nuestra piel… Créeme, son 5 minutos pero nos reconectan con nosotras mismas, nos paramos sobre nosotras mismas y luego, como es algo que hacemos a diario, todos los días tenemos la oportunidad de “reentrenar” nuestra atención, enseñarle a nuestro cuerpo a estar en el AHORA.
Lo importante es hacerlo con tareas cotidianas porque así no hay excusas, no necesitamos buscar un hueco, de esos que nunca encontramos. Si tenemos la atención mas entrenada, seremos más capaces de redirigir la atención cuando las “incomodidades” nos acechen y podremos seguir nuestro camino hacia aquello que íbamos a hacer sin detenernos en el ruido de todo aquello que sabemos que nos molesta.
Saborear un café en una cafetería bonita, sin prisas, disfrutando de, simplemente, ver la vida pasar por la ventana, es más que suficiente para reentrenar tu atención
PÁRATE Y RESPIRA
Aún así, no está de más que busquemos 5 minutos para hacer una sesión de meditación, hay miles de sesiones de meditación pautadas en podcast o You tube para que te tumbes uno minutos con tus auriculares y te dejes llevar por una voz cálida que te ayude a reconectar con tu cuerpo.
Por ejemplo, te recomiendo esta meditación de Mariana Orkenyi. También, existen aplicaciones para entrenar la respiración abdominal, son 5 MINUTOS, que si, además, los aprovechamos para ponernos una mascarilla, tenemos doble autocuidado. Podemos entrenar la respiración tumbadas, pero cuando ya la tengamos dominada, podremos hacerla en cualquier parte, lo cual nos puede ayudar muchísimo para relajarnos en un momento de estrés.
Puedes descargarte aquí estas APPS de entrenamiento de la respiración:
Para iPhone: RESPIRELAX
Para Android: MA COHERANCE CARDIAQUE
La persona más fuerte es quien muestra su vulnerabilidad, porque denota una gran autoestima y que además se pone en el camino para superarla.
Para terminar, no debemos de olvidar que, al cuidarnos a nosotras mismas, también educamos a nuestros hijos e hijas en que, como personas, tenemos derecho a tener nuestro propio espacio, nuestro propio tiempo, porque al cuidarnos estaremos muchísimo mejor física y emocionalmente para luego, compartir tiempo con ellos llenas de energía.
También, debemos de educar a nuestros hijos en la vulnerabilidad, en que es bueno parar y “rendirse” aunque sea un rato, que no somos infalibles, y que hay veces que debemos parar para coger impulso, incluso cambiar de dirección y hacer las cosas de otra forma.
Lamentablemente, nos han educado en el alto rendimiento y cuando no llegamos a donde se espera de nosotros, nos frustramos, algo que también está afectando ya a nuestros hijos y ese ansia por ser los primeros y los mejores en todo, así que toca cambiar el discurso y el ejemplo con ellos, porque ya sabemos que ese afán por llegar a todo y que todo sea perfecto tiene graves consecuencias físicas y emocionales.
Debemos de ser conscientes de que somos humanas, no máquinas, y no todo depende sólo de nosotras.
Ah, y no te olvides de sonreír cada día, a pesar del estrés, de los problemas, del cansancio… la mente no sabe si sonríes de verdad o de mentira, pero si lo haces de verdad será infinitamente mejor ¡y te verás más guapa! ¡Ánimo!
Y tú, ¿cómo haces tu terapia de autocuidado diaria? ¡Aquí estamos todas dispuestas para recibir toda tu inspiración!
BONUS TRACK: Te recomiendo que te aficiones a escuchar podcast, estos que te pongo a continuación han sido la fuente e inspiración de este post, y así profundices más en todo el tema del autocuidado y del crecimiento personal. Además, lo bueno de los podcast, es que puedes escucharlos haciendo otras cosas (que todas sabemos que vas a seguir haciendo a pesar de todo el rollo que te he soltado, jajajaja… no te preocupes, todas estamos aprendiendo, yo la primera), ¡DISFRUTA DEL APRENDIZAJE!
https://www.balamoda.net/podcasts/conocete-a-ti-mismo-para-mejorar-tu-vida-ep-15/
https://www.balamoda.net/podcasts/como-hacer-que-te-pasen-cosas-buenas-ep-12/
http://www.thebeautymail.es/ansiedad-estres-patricia-ramirez/
Si prefieres la lectura, te recomiendo totalmente estos dos libros sobre psicología y crecimiento personal que tanto me han ayudado e inspirado durante este último año:
“Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé
“Una tortuga, una liebre y un mosquito” de Nacho Cóller
No te pierdas nada!! Suscríbete a la newsletter!!
Escribir comentario