Las mujeres llevamos más de un siglo luchando por defender nuestros derechos y la igualdad entre hombres y mujeres. Al contrario de lo que muchos creen, la lucha por la igualdad no es sólo en beneficio de las mujeres, sino en beneficio de todos, porque con la igualdad ganamos todos, la sociedad entera gana. Lamentablemente, a pesar de todo lo conseguido, aún hay mucho por lo que luchar e, incluso, me atrevería a decir que en muchos aspectos hemos sufrido una regresión ¿cómo es eso posible? Precisamente porque las nuevas generaciones, al revés de lo que debería de ser, están retomando conductas machistas y eso quiere decir que hemos tenido un problema de base, y es que la lucha no está solo en la calle, sino que también está en nuestra propia casa siendo modelos de referencia e impartiendo una educación en el feminismo desde la infancia.
¿Cómo podemos educar a nuestros hijos en el feminismo?
Y con hijos quiero decir, niñas y niños, no sólo se trata de educar a las niñas para que aprendan a defender sus derechos y su lugar en la sociedad, sino también a los niños varones para que crezcan respetando esos derechos y los defiendan igualmente porque será en beneficio suyo también.
Hay que ir eliminando los estereotipos de género liberando a las niñas de las etiquetas sobre que tienen que ser dóciles y complacientes, que tienen que portarse como “señoritas”, vestirse de color rosa, estar siempre bellas y perfectas, jugar con muñecas o a las casitas… pero también debemos liberar a los niños de la condición de tener que ser chicos fuertes y valientes, de tener que esconder sus emociones y sentimientos, “los chicos no lloran” o los niños no juegan con muñecas, ni se visten de rosa… hay que dejar que los niños y niñas se expresen como deseen, así estaremos fomentando desde bien pequeños el respeto, la tolerancia, la personalidad, la diferencia…
Hay que hablar de sexo y sexualidad desde edades tempranas, por supuesto, adecuando el lenguaje y la información que les damos a su comprensión de las cosas según su edad, pero tienen que aprender desde pequeños a amar su cuerpo, a conocerlo y a defenderlo porque es suyo y ellos marcan los limites. Hay que enseñarles a que su cuerpo les pertenece a ellos y solo a ellos y que nunca deben sentir la necesidad de decir “sí” a algo que no quieran o para lo que se sientan presionados. Que aprendan que decir “no” cuando “no” les parece lo correcto es motivo de orgullo. Hay que enseñarles que de la misma manera que esto se aplica para su vida y su cuerpo, se aplica para el de los demás. Si alguien te dice “no” es “no” y, como dueños cada uno de nuestros cuerpos, debemos respetarnos.
Esto me lleva a que tenemos que desmontar el mito del “amor romántico” que conlleva la búsqueda de alguien que les complemente. Tienen que sentir que son personas completas, que no les falta ninguna mitad para evitar que luego sientan esa sensación de dependencia o de sensación de pérdida constante que luego generen situaciones de control y celos. El amor no tiene por qué hacernos sufrir ni ser dependientes de nadie. Los padres y madres podemos fomentar todo esto dando ejemplo manteniendo con nuestra pareja una relación sana afectivamente, basada en el respeto y la independencia de cada cual, llegando a acuerdos de forma pacífica y, sobre todo, sin ningún tipo de violencia de género.
Tenemos que vigilar el lenguaje que utilizamos en casa, por ejemplo, erradicando frases que tienen como objetivo demostrar que alguien “ayuda en casa”. Tenemos que ser ejemplo de corresponsabilidad en el hogar, porque las tareas del hogar y de cuidado de los hijos son comunes, son cosa de dos, y en ningún caso la mujer carga con todo y el hombre “ayuda”. Y esto es general para todas las tareas que se hagan en casa o respecto a la familia, es decir, tenemos que demostrar a nuestros hijos que papá puede planchar la ropa y mamá puede hacer un agujero en la pared con el taladro, lo mismo que hacer que los hijos sean también partícipes y capaces de hacer sus propias tareas en el hogar, fomentando así el trabajo en equipo sin adjudicar tareas en condición de ningún género.
Dotarles de referentes de mujeres que han sido fuertes y capaces para alejarlos de la imagen de mujer sumisa y servicial. Para ese cometido nos puede servir de ayuda la lectura y la cantidad de libros sobre grandes mujeres que han cambiado la historia que se han publicado con mucho éxito en los últimos años, libros que deberían de leer también los niños para que crezcan con los mismos referentes, sabiendo desde pequeños “que las chicas también pueden”.
Existen muchísimos libros y cuentos sobre mujeres que rompen estereotipos como la extensa lista de este post
Hay que empoderar a las niñas porque ya existen estudios que ratifican que las niñas a partir de los 6 años sienten que son menos inteligentes, con lo cual, ya se sienten menos capaces incluso de imaginarse desarrollando profesiones que continuamente les indican que son para el género masculino, porque ¿quién sale disfrazado de bombero, policía, médico, etc… en los catálogos de juguetes? ¿Quién rescata a la princesa desvalida en la torre en una película de dibujos animados? Hay que erradicar los roles de género para que las niñas sean lo que ellas quieran ser, sin necesidad de que nadie las salve de nada, porque ellas son capaces de salvarse a ellas mismas.
Lo sé, parece una tarea titánica, pero si educamos a los niños en el concepto real de igualdad, es decir, en el feminismo, nos daremos cuenta cuando sean adultos de que por fin vivirán en una sociedad que se parece más a la que esperamos puedan disfrutar. Creo sinceramente que merece la pena el esfuerzo…
(Si queréis profundizar mas en este tema os recomiendo la lectura de “Educar en el feminismo”de Iria Marañon y “Todos deberíamos ser feministas”de Chimamanda Ngozi Adichie)
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2 Comentarios
Sin duda tus blogs son super interesantes! pero este me encantó, si bien es de saber que nosotras como mujeres estamos rompiendo paradigmas, tuve la oportunidad de leer el libro de “Las chicas son guerreras” y también lo recomiendo mucho son historias que llegan al corazón para aquellas que por un momento se sintieron como yo en algún momento, muchas gracias Elisa excelente post.
Mil gracias Jhoana por tu opinión sobre el post!