Llega el verano y nos vamos a la playa, a la piscina, al río y donde sea que haya agua con tal de poder refrescarnos y, por supuesto, si tenemos niños, de poder divertirnos todos en familia, pero, ante todo y, sobre todo, tiene que primar la seguridad y la prevención ante posibles ahogamientos. Ya hace tiempo que publiqué este post sobre SEGURIDAD INFANTIL EN EL AGUA donde os daba varios consejos a tener en cuenta a la hora de disfrutar del baño con nuestros hijos y en él ya os adelantaba algunas recomendaciones sobre sistemas de flotación infantil, pero, para complementar más toda esa información, he creído conveniente hacer este post sobre cómo elegir un sistema de flotación adecuado y seguro para nuestros hijos.
Para ello, cuento con la ayuda experta de Luis Miguel Pascual Gómez, Profesor de Salvamento Acuático, Responsable de Investigación en Ahogamiento y miembro del comité directivo de AETSAS (Asociación Española de Técnicos en Socorrismo Acuático) y la Escuela Segoviana de Socorrismo. Desde 2008 dirige el proyecto www.ahogamiento.com con el objetivo de recoger información y realizar análisis sobre los ahogamientos en España. Es un profesional de prestigio internacional, miembro de I.D.R.A., la Alianza internacional de Investigadores en Ahogamiento.
Estos son los detalles y recomendaciones a tener en cuenta para poder elegir el sistema de flotación más seguro para nuestros hijos:
DISTINGUIR ENTRE ELEMENTOS “INFLABLES” Y “FLOTANTES”
Los elementos “inflables” sólo se pueden considerar como “juguetes” (flotadores, tablas inflables, etc.), nunca como elementos de seguridad en el agua. Además de la posibilidad de que se desinflen o se pinchen, no están diseñados para ser elementos de seguridad.
Incluso los que se publicitan como elementos de seguridad, no lo son en absoluto o no cumplen unas mínimas normas básicas, la más importante, es que no pierdan sus propiedades por un pinchazo.
Estos elementos sólo deben utilizarse como juguetes y siempre bajo supervisión adulta, directa, cercana y constante. Los flotadores y similares deberían estar prohibidos, lo mismo que los manguitos inflables. Las tablas de corcho pueden ser elementos de juego para los más pequeños que les ayuden a disfrutar y por tanto a coger confianza en el agua. Mis hijos -y yo- nos hemos divertido de lo lindo en la playa haciendo “surf” con las tablas inflables primero y después cuando aparecieron las de espuma en las rompientes de la playa y llevándonos algún revolcón que otro. Hay que tener sentido común, jugar sólo cuando las olas no tienen peligro, estar a su lado y echar una mano cuando hace falta para que no haya sustos.
Los flotadores que se publicitan como seguros porque llevan tirantes (una especie de “pantalón” para meter los pies, correas, etc… como este de la foto): NO SON ELEMENTOS DE SEGURIDAD EN EL AGUA, SOLO JUGUETES.
¿Sistema de flotación? !!NO!! Un juguete con supervisión adulta obligatoria.
Los elementos de “seguridad” tienen que estar diseñados como tales. Su objetivo es mantener al sujeto a flote, pero ojo: no sólo a flote, sino que la cabeza tiene que estar sobre el agua y el cuerpo en una posición echada hacia atrás para que la cara esté siempre fuera del agua y pueda respirar
No pueden perder sus propiedades de flotabilidad, por eso se hacen de espumas, plásticos o tejidos tipo neopreno que no absorben el agua y aportan flotabilidad. En la medida de lo posible deben de poder ser “graduables” en función de la cantidad de flotabilidad que queramos obtener. Para un niño que está aprendiendo a coger habilidades en el agua, necesitaremos mayor soporte para que se sienta más confiado, mientras que el que ya esté más avanzado quizá sólo necesite un poco de apoyo para estar más suelto en el agua.
Oiremos que los recomiendan como elementos “seguros” profesores de natación e incluso socorristas, pero lo están haciendo desde el punto de vista de las “clases de natación”, no desde la utilización en los momentos de ocio acuático. En un entorno controlado como las clases de natación se utilizan tablas, espaguetis, cinturones y manguitos de espuma que son muy útiles para la enseñanza por las razones comentadas, pero estas razones ya no son válidas cuando hablamos de darse un baño en familia en la piscina del barrio, en la de la urbanización o en la del chalet. No se me ocurriría utilizar una tabla de clase de natación como elemento de seguridad para mi hijo. La razón es la falsa sensación de seguridad que dan a los niños y también a los adultos, que piensan que así están seguros, pero es todo lo contrario.
Los elementos por excelencia y los únicos recomendables son los CHALECOS DE FLOTACIÓN HOMOLOGADOS, que tienen que cumplir con la Norma UNE correspondiente.
Chaleco de flotación homologado de BECO-SEALIFE
ASPECTOS A TENER EN CUENTA SOBRE LAS NORMATIVAS
Muchas veces miramos las características de los productos y vemos que cumplen tal o cual norma UNE, ISO, DIN o similares. En el caso de los sistemas de flotación infantiles, vemos a menudo productos que indican que cumplen la norma “EN 13138: 2014 – “Ayudas a la flotación para el aprendizaje de la natación”.
Sin embargo, esta norma no se refiere a su idoneidad como elemento de seguridad en el agua, sino a que su confección, materiales, cierres, durabilidad, etc. deben cumplir unas determinadas condiciones en cuanto a su confección, durabilidad, resistencia a la tracción o comportamiento ante el uso esperado, por ejemplo. Por supuesto, el cumplimiento de esta norma supone una garantía de que el producto que adquirimos ha pasado las pruebas y test establecidos, pero es importante señalarlo, porque la norma EN 13138: 2014 no se refiere a la idoneidad del producto respecto a su uso como elemento de seguridad acuática para los niños y por ello podemos encontrar artículos que, aunque cumplan esta norma, son totalmente inadecuados para este cometido como los flotadores inflables.
Los equipos de flotación tipo chalecos de flotación y salvavidas, se rigen por la norma “UNE EN ISO 12402 Equipos de flotación individuales”, lo que ocurre es que esa norma ISO suelen ser indicada para los chalecos salvavidas que todos conocemos, es decir, los que podemos encontrar en los barcos, aviones, etc… Existen distintos grados de protección en la norma ISO 12402, la mas baja sería la indicada para ayuda a la flotación, en concreto la UNE EN ISO 12402-5, que sería el caso que estudiamos en este post, pero los modelos que existen en el mercado son muy específicos, mas difíciles de encontrar en cualquier establecimiento y aparte, menos atractivos en diseño para los niños. Pienso que son chalecos mas indicados para viajes en barco o deportes náuticos tipo kajak, vela ligera, piragüas… donde la protección tiene que ser mas extrema, pero a la venta están.
Ejemplo de un chaleco salvavidas con ISO 12402-5
Entonces, tenemos que saber que, como mínimo, el sistema de flotación a elegir tiene que cumplir con la EN 13138: 2014 pero, ya sabemos que es muy genérica e incluso esta norma incluye a los sistemas de flotación inflabales que no son recomendables, con lo que, la clave está en analizar en profundidad el elemento flotante de seguridad que vayamos a adquirir teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
¿QUÉ TENEMOS QUE ANALIZAR EN UN ELEMENTO FLOTANTE DE SEGURIDAD?
- Que cumpla con sus funciones y aporte la flotabilidad necesaria y no se pueda soltar, caer o retirar ante movimientos, zambullidas, olas, etc… Por eso los manguitos de espuma sólo son recomendables en entornos controlados como las clases de natación o las piscinas y siempre bajo supervisión adulta directa y cercana, y para que el niño pueda hacer actividades que le aporten diversión y facilidad en la adquisición de las habilidades básicas de supervivencia en el agua que de otro modo no podría hacer (bañarse con los adultos y la familia en la piscina “grande”, por ejemplo o jugar en la piscina “pequeña” con los hermanos más mayores que ya tienen esas habilidades adquiridas).
- Que se ajuste bien a la morfología del niño (puede que haya que probar varios modelos) y que no se pueda quitar o caer, para lo cual tiene que ceñir el torso y tener un enganche entre las piernas abrazando todo el cuerpo.
- Que los cierres sean lo suficientemente seguros y sólidos y que no se puedan aflojar o deteriorar cuando se mojen y no tengan elementos que puedan engancharse en las escaleras o desagües.
- Que proporcione flotación suficiente para que la cabeza esté fuera del agua y el cuerpo quede hacia atrás, con la cara siempre fuera del agua (no inclinado hacia delante).
- Que permita al niño hacer toda clase de movimientos en el agua sin entorpecerlos más que lo necesario incluso sumergiendo la cara (para lo que tendrá que hacer un poco de fuerza)
- Que no roce en cuello, axilas y entrepierna (lo menos posible o que tenga protecciones o cobertura de tejidos más suaves en esas zonas) Para evitar roces lo mejor es ponerse una camiseta de lycra fina o utilizar vaselina neutra dónde roce.
- Que los materiales sean lo suficientemente sólidos para el uso esperado (roces con el borde de la piscina, arena de la playa, etc.)
- Que la flotabilidad se pueda graduar mediante piezas de espuma intercambiables, por ejemplo, para poder ajustarla a las necesidades del niño.
- Además, todas las otras razones de índole práctica pero no por ello menos importantes:
- buena relación calidad-precio
- durabilidad
- que sea lavable: siempre hay que “endulzarlos”, es decir, lavar con agua dulce después de cuando se utilizan en el mar.
- con un diseño bonito pero que se destaque en el agua: tiene que poder distinguirse con facilidad y no confundirse con el color del agua o de las olas.
Mi hijo disfrutando en el agua con la máxima seguridad: su chaleco de flotación y nuestra vigilancia.
Una vez hemos aprendido cómo elegir el sistema de flotación más seguro para nuestros hijos, vamos a haceros una comparativa de dos chalecos de flotación que cumplen con la normativa EN 13138-1: 2014 y, aparte, hablaros sobre un sistema de flotación tipo “boya” para aquellos niños que ya se defienden en el agua con el extra de tener un diseño realmente divertido y que también cumple con la normativa EN 13138 & EN71. Toda esta comparativa la hemos podido realizar gracias a la colaboración de la marca de puericultura TUTETE que nos ha cedido los artículos para que podamos probarlos en el agua y dar nuestra valoración personal como consumidores y la valoración experta de Luis Miguel ¿quieres conocerlos?
Las valoraciones de los chalecos se han hecho con mi hijo de 5 años que ya se maneja en el agua, pero sin saber nadar bien aún, digamos que es capaz de nadar hacia el borde de la piscina, bucear y mantenerse a flote, pero para desplazarse en una distancia un poco mas larga en el agua, necesita el apoyo de la flotación.
La boya de flotación, como resulta tan llamativa y divertida, aparte de mi hijo, también la ha utilizado mi hija de 10 años que ya sabe nadar perfectamente.
Chaleco de flotación infantil BECO-SEALIFE
CHALECO BECO-SEALIFE (CON ARNÉS)
(Normativa EN 13138-1: 2014)
Este es el tipo de chaleco que más nos recomendaba antes Luis Miguel. Mi hijo de 5 años no se lo quitaba, se sintió mucho más seguro en la orilla de la playa y se divirtió mucho más aún en la piscina saltando con el chaleco puesto.
Pros: tiene la ventaja del arnés de la entrepierna, que ya sabemos que ayuda a dar aún más seguridad porque evita que se le salga por la cabeza al niño y, aunque penséis que les puede molestar el arnés, ni se enteran de que lo llevan puesto. Cubre hasta la cadera y cuenta con la posibilidad de ir quitándole los corchos interiores según la destreza del niño para nadar.
Contras: el neopreno, al final de la puesta, hace rozaduras en las axilas (este menos porque la sisa era más amplia) y en la entrepierna por el neopreno del arnés. Consejo: como dice Luis Miguel, llevar camiseta de lycra de natación y bañador de los que son más largos o, en su defecto, aplicar una capa de vaselina en la piel para evitar los roces. La limpieza del chaleco es más complicada, ya que en los compartimentos de tela donde van los corchos se mete la arena y las piedras. También tarda en secarse. Aun así, creemos que es un chaleco excelente y cumple su cometido a la perfección.
Chaleco de flotación infantil Splash About Modelo Vintage Moby
(Normativa EN 13138-1: 2014)
Pros: tiene un diseño más compacto y menos aparatoso para transportar y colocar. Es más corto que el BECO (solo llega hasta la cintura), quizás puede ser mejor opción para niños más pequeños. Se seca rápido y no hay problemas de limpieza como le pasa al Beco al estar fabricado de una pieza sin llevar bolsillos interiores.
Contras: en nuestro caso de sisa paraba corto, es decir, quedaba más alto, y el roce en la cara interna del brazo era mayor. Quizás es que a mi hijo le venía más pequeño, aunque lo cerraba bien, pues la talla parecía ser la correcta según las indicaciones de la etiqueta. No tiene el arnés, no tiene la opción de quitar corchos, aunque Splash About tiene otros modelos con sistema de corchos para regular la flotación, pero me parece mas seguro el diseño del BECO para esa función, porque en el Splash About los corchos no están enfundados al completo y da la sensación de que podrían salirse solos y, por la diferencia mínima de precio, nos quedamos con el BECO. Por lo demás nos parece un chaleco muy bueno en acabado y prestaciones, pero teniendo en cuenta sus limitaciones de seguridad respecto al BECO.
(Normativa EN 13138 & EN71-seguridad en juguetes)
Es una versión mejorada de la típica boya roja-rosada para flotar que nos ponían de pequeños a nosotros, los de la generación de EGB, ¿os acordáis?. Es un sistema de flotación simple y muy fácil de colocar y transportar. Se coloca a la espalda y se fija al torso con velcros. Nada mas.
La aleta la han probado mis dos hijos, pero quien más la ha usado ha sido mi hija que, aunque ya sabe nadar, llevaba años con pánico al mar desde que una ola nos pegó un revolcón cuando era más pequeña. Ella se enamoró del diseño y la idea de parecer un tiburón mientras buceaba, pero lo mejor es que le dio la seguridad para meterse en el mar, que es realmente el fin de este tipo de sistemas de flotación tipo boya. En nuestra playa primero hay tramo que cubre un poquito y luego hay siempre un banco de arena que te cubre por la rodilla. Bien, pues hasta el otro día, siempre se había bañado en la orilla, como mucho hasta la cintura, pero con la aleta fue sola hasta el banco de arena donde estaba su padre esperándola. Y acabó yendo y viniendo sin la aleta en el mismo día, con eso os lo digo todo.
En general, nos ha encantado por el diseño, por la facilidad de ponerlo y quitarlo, por que no ocasiona roces en la piel, aparte de la evidente diversión para los niños por aquello de parecer un tiburón. Entendemos que tiene que ser para niños que ya saben defenderse en el agua y que su principal misión es mejorar el entrenamiento de aprender a nadar por la postura horizontal que aporta.
⇒IMPORTANTE: es un elemento lúdico (ya lo dice la propia normativa EN71 que le aplica, es un juguete) que seguro que puede contribuir a que los niños que ya tienen cierto nivel de habilidades se vayan soltando en el agua. Para que “funcione” les obliga a tener una posición horizontal en el agua y a sumergir la cabeza, con lo que están adquiriendo y entrenando estas dos habilidades importantes, pero tienen que tenerlas ya desarrolladas en cierta medida. Desde el punto de vista de Luis Miguel: “es un buen juguete, pero considera que un chaleco será mucho mejor si vas a ir a la playa y tu hijo todavía no se siente muy seguro”.
¡Dios mío un tiburón en la playa! Jajaja…
ULTIMAS RECOMENDACIONES:
La supervisión adulta tiene que tener también en cuenta el nivel de habilidades acuáticas del adulto que vigila y su capacidad de respuesta ante los posibles problemas. Todos podemos vigilar a los niños en una piscina infantil dónde no nos cubre, pero en una playa hay que tener mayores habilidades y saber reconocer el entorno, las circunstancias y los peligros.
No hay mejor seguridad que la supervisión de un adulto. Y tiene que ser:
- directa: el que vigila sólo hace esa tarea y tiene que estar designado de manera inequívoca, que no pase el: “¿ah, pero no estabas mirando tú…?”
- constante: 100% del tiempo, nada de móviles, libros, charlas de padres/madres.
- cercana: al alcance de la mano para los más pequeños, desde el borde de la piscina pequeña para los más sueltos, pero que podamos llegar en un par de pasos. SIEMPRE junto a ellos en la playa o parque acuático. La vigilancia de nuestros hijos en el agua es nuestra, no de los socorristas.
No olvidéis echar un repaso al decálogo de seguridad infantil en el agua, contamos contigo, recuerda que Tú eres el mejor Socorrista que tus hijos pueden tener.
Si os ha parecido útil e interesante este post, por favor, difundidlo al máximo con el hashtag #OjoPequeAlAgua y así que, entre todos, podamos conseguir que sea “Trending Topic” (TT ). Desde luego será un gran logro, aunque el verdadero logro será conseguir que ningún niño fallezca por ahogamiento en todo el verano, una meta que con vuestra ayuda no es inalcanzable.
Que el agua sólo nos traiga recuerdos de risas, diversión y juegos… Ya sabes…¡no les quites nunca el ojo de encima!
Post realizado con el asesoramiento de:
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