Toda la gente sabe que las Fallas de Valencia es una de las fiestas mas impresionantes de España y casi diría del mundo entero, ahora que, por fin, han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Lo que suele decir la gente sobre nuestra fiesta es que estamos locos por quemar las obras de arte en que se convierten los monumentos falleros cada año. Todo tiene su porqué y todo tiene su historia… muchos valencianos ni si quiera saben del origen real de una fiesta que viven con el corazón y el más absoluto respeto por la tradición fallera, saben a grandes rasgos de donde viene toda esta “locura” de quemarlo todo, del olor a pólvora cada mañana y de la música acompañando cada uno de sus pasos…
Hoy, gracias a Javi Mozas, un buen amigo y experto en la historia de las Fallas de Valencia, él cual ya colaboró en este blog con nuestro post sobre como disfrutar las Fallas en familia, vamos a descubrir el origen e historia de esta fiesta que no deja a nadie indiferente y, ojalá, te enamore tanto como para venir a nuestra preciosa ciudad de Valencia y puedas comprobar por ti mismo todo lo que esta fiesta y sus gentes te pueden ofrecer…
1911 Doctor Collado JAlcañiz
Las FALLAS DE VALENCIA es una fiesta que tiene su origen más remoto en las hogueras de antes de los romanos, que se quemaban en la víspera del equinoccio de la primavera, al igual que se hacía en el otro equinoccio y solsticios. Los romanos adaptaron estas celebraciones paganas a sus dioses, y los cristianos también, transformando la fiesta en honor a San José.
Con el paso del tiempo, los vecinos de la ciudad de Valencia transformaron en el siglo XVIII esas hogueras en construcciones efímeras con ninots (muñecos) que satirizaban hechos y comportamientos de personas de la zona. Era como una especie de inquisición popular del barrio.
Las primeras referencias nos indican que las fallas se instalaban junto a las fachadas de las casas, por lo que tendría FORMA de pequeño altar, y de vista frontal. Las prohibiciones del ayuntamiento hicieron que se trasladaran al medio de las calles y plazas, y se transformaran en tablados de base cuadrada, de dos metros de altura, cuyos bastidores de madera pintados con dibujos o pinturas referentes al tema de la falla.
Encima se situaban los NINOTS, de fuerte carga crítica y satírica, cuyo armazón era de madera, cubierto de paja o trapos, y vestidos con ropas viejas. Sus caras y manos eran de cera, eran de tamaño natural, y durante todo el siglo XIX tuvieron movimiento para que el espectador pudiera interpretar mejor el argumento. Todo ello acompañado por el llibret, que era una publicación que recogía la explicación en verso del argumento de la falla y que desde el principio hubo varias asociaciones y peñas que dieron premios.
Esta forma de construir la falla y sus ninots permanecerá hasta los años 50 del siglo XX, en que la técnica cambió a cartón-piedra, y desde principios de los años 90 se extendió la construcción en corcho, que es la mayoritaria en la actualidad.
1932 Taller del carpintero Carlos Cortina
Las COMISIONES FALLERAS estaban compuestas exclusivamente por hombres, normalmente los vecinos del barrio, casi todos comerciantes, que se encargaban de organizar los festejos, dejando para el más mañoso de ellos, generalmente un carpintero, escultor o pintor del barrio, la construcción de la falla. Otros artesanos vecinos que se encargarían de la construcción de la falla serían tapiceros, sastres, tallistas, ebanistas o abaniqueros. La tienda del barbero, el carnicero o el bodeguero serviría de sede provisional.
Algunos artistas tuvieron fama local, incluso alguno a nivel nacional, como los pintores Ferrer Calatayud, Pascual Sigüenza, Antonio Cortina o Ricardo Verde, los escultores Mariano García Mas o Luis Gilabert, o el carpintero Carlos Cortina.
Despertà en los años 20
Los FESTEJOS que realizaban eran casi idénticos a las otras fiestas que se realizaban en las calles y barrios por vecinos. Días o semanas antes, realizaban una colecta o replegà de dinero por las casas de los vecinos para que colaboraran con la fiesta. Se presentaba una instancia pidiendo plantar la falla y se pagaba el impuesto correspondiente.
Llegado el día, en la madrugada del 17 al 18 de marzo, los falleros plantaban la falla, que quedaba expuesta durante todo el día. Bien temprano se realizaba la despertà con petardos por las calles colindantes, a mediodía un pasacalle con banda de música, una traca corrida a mediodía y un concierto de la banda de música por la tarde. La cremà se realizaba el mismo día 18 hacia las 8 de la tarde, cuando anochecía, al son de la banda de música y un castillo de fuegos artificiales. Además, algunas hacían reparto de limosnas o comida a los pobres, bizcochadas a los socios de honor, y decoraban sus calles con luces o banderas.
Los falleros de una calle o plaza no plantaban todos los años seguidos, sino que lo hacían de manera intermitente. El número de comisiones va aumentando y disminuyendo alrededor de 10 durante el siglo XIX.
1958 Falla Convento Jerusalén
El primer cambio significativo en la fiesta ocurrió en el año 1885. El Ayuntamiento subió de manera abusiva el impuesto a pagar por las comisiones falleras el derecho a plantar una falla —por ocupar el espacio público—. Estaba claro que algunos se querían cargar la fiesta, y lo consiguieron al año siguiente al no plantarse ninguna falla en las calles y plazas de Valencia. Pero desde dentro, uno de los concejales, salió al rescate y logró convencer a la mayoría para que en 1887 se redujera notablemente el impuesto, y el resultado fue que se plantaron 30 fallas.
Por esa época, algunas asociaciones y peñas recreativas empezaron a dar premios a las fallas más artísticas, lo que repercutió en que las fallas ganaron en altura, complejidad en su composición y mejores acabados artísticos. A la par que la fiesta se amplió a dos días, al retrasar la cremà al día 19 a partir del año 1892.
Con el cambio de siglo, en 1901 fue el Ayuntamiento el que pasó directamente a otorgar PREMIOS a las fallas más artísticas, potenciando el buen gusto y dejando cada vez más de lado la crítica y la sátira.
Esto llevará a una diferenciación cada vez mayor entre las tareas de los falleros, que se encargaban de organizar sus actos, y los incipientes artistas falleros, ya sin relación con las comisiones falleras y que eran contratados por éstas para realizar la falla y poder llevarse premio (y el dinero correspondiente).
Avanzando un poco más, en 1928 se crea el COMITÉ CENTRAL FALLERO, un organismo formado por falleros para aunar fuerzas todas las comisiones falleras y potenciar la fiesta. Ellos serán los creadores de los actos comunes a todas las comisiones, el precedente del programa de festejos actual, con el cartel anunciador de fiestas, la composición del pasodoble El Fallero, un pregón o Crida, cabalgatas, la Nit del Foc o la Exposición del Ninot.
Año 1920. Cant de l’Estoreta Velleta (Fuente: http://valenciablancoynegro.blogspot.com.es)
Los NIÑOS participaban de la fiesta recogiendo trastos viejos y muebles inservibles por las casas, conocido como el Cant de l’Estoreta Velleta, y que después metían dentro de la falla como combustible. Desde finales del siglo XIX, comenzaron a imitar a los mayores a la hora de construir pequeñas fallas, y a partir de los años 30 del siglo XX tuvieron su primer gran impulso al empezar a darse premios.
Por su parte, las MUJERES se incorporaron a la fiesta a partir del año 1931, sobre todo mediante la elección de la Reina de las Fallas —que hoy en día se denomina Fallera Mayor— y su Corte de Honor, como representantes de la fiesta.
Ya hubo casos en lugares como Xàtiva, Gandía, Sueca, Alzira y Torrent donde se plantaron fallas de forma esporádica en el propio siglo XIX. Pero será en estas primeras décadas del siglo cuando la fiesta se expanda definitivamente por otras localidades y comarcas valencianas.
Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados
A partir de 1940 se crea el organismo de la JUNTA CENTRAL FALLERA, controlado directamente por el Ayuntamiento. Éste hereda la mayoría de los actos oficiales e irá añadiendo con el paso del tiempo otros como la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados, las mascletaes o la Cabalgata del Fuego actualmente.
Como último hito destacable es la declaración de las Fallas como PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD, otorgado por la Unesco, y del que el autor de este texto formó parte del equipo de redacción de dicha candidatura presentada ante el organismo internacional.
Hoy en día, en la ciudad de Valencia hay alrededor de 350 comisiones falleras, la mayoría de las cuales tienen más de 100 o 200 falleros. Fuera de la ciudad se celebran Fallas en alrededor de 150 localidades de las tres provincias de nuestra Comunidad Autónoma, más las Casas Regionales o Centros Valencianos repartidos por otras provincias españolas, e incluso por países de Europa y América. De esta manera, las Fallas se han convertido en un punto de unión de los valencianos estén donde estén.
Mascletà en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia (actualidad)
¿Que os ha parecido? ¿A que no sabíais tantos detalles sobre el origen y la historia de las Fallas de Valencia? Como valenciana, he disfrutado muchísimo conociendo la verdadera historia de las fiestas de mi ciudad y creo que es de imprescindible lectura para todos aquellos que hayáis decidido venir a disfrutarla con nosotros. ¡Os esperamos!
Si quieres saber todo lo que no te puedes perder durante tu visita a las Fallas de Valencia consulta nuestra “Guia fallera en familia”
Javier Mozas (Valencia, 1975) es un apasionado que vive, disfruta, investiga y difunde la fiesta de las Fallas todos los días del año. Colabora con ella de diferentes maneras: formando parte de su comisión fallera Lleons-Poeta Mas i Ros, como archivero-bibliotecario de la Junta Central Fallera, de contertulio en medios de comunicación (webs, radio y televisión como RNE, RTVV, Cadena Ser, Castilla y León TV…), y como historiador y documentalista en la Associació d’Estudis Fallers (ADEF). Ha escrito alrededor de 150 artículos sobre la historia de las Fallas en llibrets, revistas y libros, ha coordinado libros como la Guía del Museo Fallero, ha dado charlas, y ha formado parte del equipo de la redacción del expediente de la candidatura de las Fallas para que sean declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Además, se dedica a investigar y publicar sobre la historia de la ciudad de Valencia, sobre la provincia de Soria, y sobre la Genealogía y sus apellidos.
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