Es inaudito, pero sucede, en algún momento de nuestra vida como padres con nuestro primer hijo, un día la naturaleza nos segrega un narcótico amnésico para olvidarnos de toda la vorágine que hemos vivido con nuestro primogénito, nos venimos arriba y decidimos tener un segundo hijo… Yo ya os aconsejé en el link anterior que habría sido mejor tener tortugas de tierra, pero como ya no hay vuelta atrás, hay que tener presente que, entre todos los “daños colaterales” de tener más hijos, también están los temidos celos entre hermanos.
Yo lo sé, a mí también me pasó. Cuando decides tener un segundo hijo lo visualizamos todo en plan idílico (como también lo hicimos con el primero y luego pues llega el “zasca” de la realidad) en plan de “así no estará solo”, “así tendrá siempre alguien con quien jugar”, “así tendrá siempre un amigo” … pero no siempre es así. Antes de nada, y sobre todo antes de tomar cualquier decisión, tenemos que pensar que no vamos tener un hijo para buscarle “un amigo” a nuestro hijo mayor, esto no es como poner un “parche” o un “añadido”, esto se trata de tener un hijo porque deseas tener otro hijo… ¿por qué? Porque ése segundo hijo, no es un apéndice de nadie, no viene a sustituir a nadie, viene porque simplemente lo deseamos, porque nos sobra amor, tiempo y paciencia para regalarle… y porque siempre será una persona única e independiente del resto, incluso de su propio hermano. Y esto me lleva a la conclusión de que por ser hermanos no se tienen que llevar “supermegabien”, precisamente porque cada hermano tendrá su propio carácter, y habrá días que se amarán hasta el infinito y otros que se odiarán incluso más allá. Pasa en las mejores familias así que, de entrada, os diría que no os preocupéis, que es normal, pero sí que es cierto que, a veces, se dan circunstancias que estas problemas de celos se llevan peor, sobre todo por los niños.
En nuestro caso, de momento tenemos suerte y no hemos tenido problemas de celos entre nuestros hijos en plan grave, está claro que el hecho de que se lleven 5 años de diferencia entre ellos se nota, y ella ya era bastante autosuficiente en cuanto a tareas básicas como vestirse, peinarse, lavarse los dientes, incluso hacerse su desayuno… y lo que aun no sabía hacer muy bien, sin duda con la llegada de su hermano, se aceleró su proceso de aprendizaje. Luego está claro que con 5 años la necesidad de apego con nosotros, sobre todo conmigo, era mas relajada y su nivel de comprensión para explicarle la nueva situación era mejor, aunque aun así, seguía siendo una niña pequeña y había que prestarle atención y cariño.
He recibido varias consultas de algunos de vosotros sobre este tema, sobre todo cuando ha llegado un nuevo miembro a la familia y los celos del hermanito mayor se convierten en un problema añadido a toda la vorágine que supone tener un bebé en casa. Os dejo aquí algunas pautas para gestionar los celos entre hermanos en base a técnicas que hemos intentado aplicar en casa o que he aprendido durante estos años de maternidad y varias de las recomendaciones que vais a ver a continuación las he recopilado de este episodio del podcast Buenos Dias Madresfera con las chicas de Bliss Psicología que son geniales, y espero que os puedan servir:
DIFERENCIA DE EDAD
A no ser que el embarazo llegue por sorpresa, lo normal es que más o menos planifiquemos para cuando queremos ser padres. En cuanto a planificar me refiero a cuanta diferencia de edad queremos que se lleven nuestros hijos. Hay gente que dice que contra menos diferencia mejor porque así compartirán juegos al mismo nivel, y hay quien os dirá que mejor se lleven unos años para que no tengan celos entre ellos, etc…
Tener hijos muy seguidos no es garantía de que se vayan a llevar mejor e incluso puede que suponga un trabajo extra de mostrar atenciones a uno y al otro constantemente porque casi están en la misma fase de apego y surgirá cierta competencia entre ellos. Si tenemos hijos con más diferencia de edad es más probable que el mayor ya comprenda cuál es su sitio en la familia porque su lenguaje y capacidad de entendimiento sea mejor, sea más autónomo en tareas básicas que conlleve a un menor reclamo hacia nosotros y sobre todo tenga superada la “etapa del apego”, y esto suele darse a partir de los 4 años.
PREPARAR LA LLEGADA DEL BEBÉ
Hay que intentar explicarle al hermano mayor cómo van a cambiar las cosas en casa con la llegada del bebé utilizando un lenguaje adecuado a su edad y comprensión. Recordad que los niños cuando tienen un vacío de información la rellenan con su imaginación, cuanto más claro tenga lo que va a suceder, que tareas tendrá cuando llegue el bebé y cuál será su papel en la familia, mejor.
También viene bien que nos ayude a elegir la ropita que le pondremos al bebé o le pidamos su opinión sobre como decorar la habitación del bebé, así se sentirá mas implicado en todos los cambios que ya empezarán a notarse en casa.
Además, es interesante que le contemos cómo fue nuestra experiencia con nuestros hermanos (si los tenemos), cómo nos sentimos cuando nos convertimos en hermano mayor, lo bonito que fue ayudarle a aprender cosas, etc… También podemos sentarnos juntos y enseñarle sus fotos de cuando era un bebé para que comprenda lo pequeñito que era y como le cuidábamos nosotros porque era un ser muy frágil, pero que ahora le tendremos a él o ella para que nos ayude con el nuevo bebé y todo será mucho más fácil gracias a su colaboración.
YA ERES EL HERMANO MAYOR
Luego, una vez nazca el bebé, hay que recordar a las visitas que hagan caso o den muestras de afecto también al hermano mayor y no solo al bebé. También es recomendable que le traigan un regalito para que no se sienta de menos ante “ese pequeño ser” que ahora se lleva todos los regalos y las atenciones.
Ya en casa, en la medida de sus posibilidades, hay que hacerle partícipe del cuidado del bebé por ejemplo pidiéndole que nos traiga un pañal para no separarnos nosotros del cambiador, que nos ayude a ponerle jabón a la esponja del baño del bebé, que le ponga la crema hidratante con cuidado y caricias…
Por supuesto, hay que dar muestras de cariño a los dos hijos a la vez y decirles palabras bonitas a los dos. Sé que supone un esfuerzo extra para nuestras mentes mega saturadas de sueño y cansancio, pero es importante para que luego evitemos ataques de celos inesperados.
MANTENER LAS RUTINAS DEL MAYOR Y DARLE TIEMPO EXCLUSIVO
Por supuesto, por mucho que intentemos que todo sea como antes, es imposible que no sucedan cambios en la rutina familiar, pero dentro de nuestras posibilidades, hay que procurar que las rutinas del hermano mayor se vean mínimamente afectadas en cuanto a horarios o costumbres.
Luego es importante que tanto mamá como papá le otorguen un tiempo exclusivo en algún momento del día. Está claro que para mamá puede ser un poco más complicado, sobre todo si alimenta al bebé con lactancia materna, pero entre toma y toma, seguro que puede hacer algo con el hermano mayor: salir un rato al parque, jugar a algún juego, leerle un cuento… o cualquier plan que de siempre haya sido especial para el niño. Esos pequeños gestos ayudan a que no se sienta abandonado o que piense que mamá quiera ahora estar sólo con el bebé, y le hace sentir que ser mayor tiene ciertos privilegios que un bebé no puede tener.
También es una buena ocasión para que se refuercen vínculos con otros familiares como tíos y abuelos. Un plan especial y divertido siempre será bien recibido por el niño, pero nunca ha de ser forzado porque, de lo contrario, puede pensar que nos queremos librar de él para estar con el bebé.
REGRESIONES EN EL DESARROLLO
Es posible, que los celos generen ciertas “regresiones” en el desarrollo del hermano mayor, como volver a hacerse pis encima, o pedir la leche en un biberón, o cualquier cosa que consiga llamar nuestra atención o parecerse más a esa “cosita” que ahora le roba su tiempo con papá y mamá. “Si me parezco a un bebe, entonces me harán el mismo caso”.
Es importante tener paciencia y compresión en estas situaciones y nunca acusar al niño de que se está volviendo un bebé. A veces suceden sin que el niño lo quiera, pueden darse por otros motivos ajenos a los celos, simplemente por cualquier situación que les genere la necesidad de volver a sentirse seguros como cuando eran más pequeños. Actuad con normalidad y mientras no dure la situación en exceso, es algo que remitirá por sí solo.
CADA NIÑO TIENE UN CARÁCTER
Es imposible educar a los hermanos por igual, simplemente porque no lo son, son seres independientes y con un carácter que les define, por eso es inútil caer en la idea de que educándoles de la misma manera tienen que comportarse igual.
Hay que hacerles sentirse especiales por como son, no por si es el mayor o el pequeño, cada uno tiene ése rasgo que le hace ser especial, o ésas necesidades emocionales que no tienen por qué ser iguales a las de su hermano y debemos de ser sensibles a esas diferencias para intentar adaptar el discurso de una norma o incluso un tipo de gesto de afecto… Así saben que tienen su sitio en la familia y no va a cambiar.
Sin duda, si hemos trabajado su autoestima desde siempre, es menos probable que surjan celos entre ellos.
CELOS DEL PEQUEÑO AL MAYOR
Una vez el bebé crece nos podemos encontrar con la versión opuesta de los celos, que el hermano pequeño tenga celos del hermano mayor. Estos habitualmente se dan porque el pequeño admira al mayor y quieren coger sus juguetes o hacer las mismas cosas que su hermano. También ocurre que el hermano mayor hace las cosas mejor que el pequeño y sin querer los padres fomentamos la competitividad entre ellos, con lo cual es muy probable que el pequeño coja celos del mayor y sienta mucha frustración porque claro, hay cosas y habilidades que es imposible que consiga hacerlas como su hermano.
También pueden sufrir regresiones y querer volver a ser bebés para estar mas con mamá porque les hace sentirse seguros en una situación que les daba confort.
Es importante establecer unas normas para hacer las tareas en equipo, no adjudicar tareas a uno o a otro, porque si no incluso pueden pelearse porque a uno le das más tareas que al otro, o a uno le das tareas más fáciles que al otro ¡y ya se masca la tragedia!
NO TOMAR PARTIDO EN LAS PELEAS ENTRE HERMANOS
Es casi inevitable que a pesar de todas estas pautas lleguen las peleas entre hermanos. Pero, aunque sintamos la necesidad de interceder entre ellos, es mejor no intervenir (a menos que se peguen) y dejar que aprendan a gestionar sus diferencias y a llegar a acuerdos entre ellos.
Una vez se hayan calmado podemos sentarnos todos a la mesa y hablar sobre esas situaciones, enseñarles a negociar, a comprenderse el uno al otro y a buscar soluciones. Es necesario trabajar la empatía con el otro, que no hay que competir, sino apoyarse el uno en el otro.
Por supuesto, si vemos que la situación de celos entre ellos se dilata mucho en el tiempo o se va agravando hasta el punto de que las peleas sean constantes o de incluso no poder ni cruzarse por el pasillo de casa, es mejor acudir a un especialista que seguro nos va a ayudar a solventar esta situación.
Como apoyo a estas pautas, os dejo esta lista de cuentos recomendados para gestionar los celos entre hermanos:
–“Los celos vienen y se van” (Meritxell Marti/Xavier Salomó) (3-7 años)
Un cuento estupendo para trabajar la autoestima de cada hermano poniendo en valía las habilidades de cada uno ¡y que uniéndolas el resultado siempre es mucho mejor! ¡Hay que ser equipo!
–“El rey de la casa” (Marta Altés) (3-6 años)
Un cuento ideal para que el niño se vea reflejado en el personaje del gato explicando cómo era su vida antes y cómo cambió con la llegada del perro (su hermano), el nuevo inquilino de la casa. Al final descubre que puede compartir su reino, porque siendo dos todo puede funcionar de maravilla y, además, ser mucho más divertido.
–Tu y yo el cuento mas bonito del mundo (Elisenda Roca/Guridi)
Un cuento con ilustraciones muy gŕaficas que describe con ternura y humor las dudas, los sentimientos y la emoción de un niño cuando llega un bebé a casa. Para ayudar a niños y niñas a descubrir que tener un hermano puede ser muy divertido.
–¡HERMANOS! (Rocío Bonilla/Algar)
Un cuento con preciosas ilustraciones para acabar con las peleas entre hermanos, haciéndoles ver que, aunque a veces no se soporten, en el fondo, no pueden vivir el uno sin el otro, ¡incluso van a tener que compartir el mismo libro!
Para finalizar, simplemente deciros que hay que tener paciencia, que incluso los peores casos tienen solución, que casi siempre son cosas diarias de casa que no nos damos cuenta pero que generan entre ellos una competición, algo tan sencillo como a ver quién se sienta primero en el coche para llegar a tiempo al cole me ha generado a la larga ciertas peleas entre ellos y ahora me toca recordarles que no hay carreras, ¡aunque se esté haciendo súper tarde!
Por supuesto, la gestión de los celos no se limita al ámbito de casa, sino que hay que hacer partícipes también al resto de la familia (tios, abuelos, etc..) para que no alienten esas diferencias o esa competencia entre ellos.
Ya sabéis, ¡hay que ser EQUIPO!
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4 Comentarios
¡Este post es oro! Me lo apunto y los libros una recomendación increíble, que no sabia que existían libros de ese tema. Gracias!
A ti por leerlo!!! Eso, guardatelo para cuando vayas a por el hermanito
Otro gran post con unas grandes recomendaciones pero que en mi caso, querida amiga, creo que no voy a necesitar, pero que si lo necesitara te puedo asegurar sería de gran ayuda. Gracias por toda la información que nos das y nos ayuda en nuestro día a día.
Ana Robert.
Jajaja, ya te digo yo que no te hace falta! Gracias de todos modos por dejar tu comentario y recomendarlo! 🙂