Muchos se preguntan qué sentido tiene que exista un “Dia Internacional de la Niña” si ya existe el “Dia Internacional del niño”, así, en general, pero si en este ultimo caso se defienden sus derechos universales, en el caso de las niñas es precisamente porque estos derechos y ellas mismas aun son mas vulnerables, si cabe. Falta de oportunidades en educación, matrimonios concertados, violaciones, mutilaciones genitales… parecen cosas que sólo suceden en el tercer mundo o en países en conflicto, pero ocurren mucho mas cerca de lo que pensamos. Aun así, el lugar donde ocurran, no excusa el suceso en sí. No debería de existir ningún “día internacional” ni nada que nos ayude a bajarnos de nuestra vorágine diaria para ser conscientes de las otras realidades que existen en cualquier parte del mundo, y no deberían de existir porque en pleno siglo XXI estos problemas deberían de estar mas que extinguidos, pero no, parece que es imposible.
¿Cómo pasamos del matriarcado en época del antiguo Egipto al patriarcado de la época más oscura de la Edad Media? En algún momento de la historia, el hombre, como genero masculino, sintió miedo de la mujer, tanto como para anular nuestro poder de liderar, de poder decidir, de poder ser libres… y así, la sociedad acabó siendo regida por y para los hombres, y la mujer se quedó relegada a un rincón, a algo accesorio, a algo que exhibir, a algo que dominar.
Con el paso de los siglos y tras muchas batallas, algo hemos ido consiguiendo, aunque, viendo los datos que aporta la ONU al respecto, me temo que solo hemos “rascado” un poquito del enorme peso que sepulta a las mujeres de este mundo.
Es complicado cambiar la mente de quien no quiere cambiar su modo de pensar, peor si los que “mandan” son en su mayoría hombres cuya ultima preocupación son los problemas de las mujeres… y mira que es curioso dado que todos tienen una madre, eso seguro. Aunque quizás ahí sea donde radica el problema, en la casa, en la familia de cada niño que un día será hombre.
Nos hinchamos a empoderar a nuestras hijas con el ánimo de seguir luchando por sus libertades y derechos, enseñándoles cual es nuestra realidad diaria, aunque creo que lo tienen ya bastante claro, sobre todo cuando nos ven ir de acá para allá con la lengua fuera, renunciando a miles de cosas o resignándonos ante la cruda realidad, ésa realidad que sabemos que no va a cambiar demasiado cuando ellas tomen el relevo. Mi hija me pregunta porqué siempre nos toca perder, porqué las cosas son tan injustas para nosotras… y cuando ante los ojos de la inocencia mi realidad como mujer se me hace tan evidente, es cuando mas duele, cuando resulta mas frustrante, cuando ves realmente todo el camino que aun queda por recorrer…
Y es que el camino no solo está en alentar a nuestras hijas… la clave está en educar a nuestros hijos varones en el respeto y la igualdad entre ambos sexos, mas aun, en concienciarles de que no hay diferencias. Pero no sirve de mucho que eduque a mi hijo pequeño en estos valores cuando se expone cada día a la influencia de su grupo de iguales… “El rosa es de chicas, mamá” y tras aquella sentencia su padre y yo nos quedamos ojipláticos frente a nuestro niño de 3 años… ¡3 años y ya con semejante criterio! ¿De donde sacaría esa discriminación a un color cuando en casa nunca hemos diferenciado juguetes, colores, u objetos? “Tiene que haberlo aprendido de otros niños” y ahí es cuando eres consciente de la losa que recae sobre una sociedad ebria de convencionalismos y clichés…
Cuando tu hija de 8 años viene un día indignada porque jugando al fútbol en el patio del cole le metió 4 goles a los niños con los que jugaba y estos se apresuraron a descalificarlos sin un motivo claro, eres consciente de como está el panorama, incluso llegas a pensar que casi fue un milagro que le dejasen jugar con ellos,y vuelves a ser consciente del peso que recae sobre nosotras, consciente de que si en el “primer mundo” existen discriminaciones de este tipo, cómo no van a ocurrir cosas tan aberrantes como he relatado al principio de este post en otras partes no tan lejanas del mundo…
Eso si, de lo que aun eres mas consciente es del miedo hacia lo femenino transmitido generacion tras generacion de hombres…
Demos el poder, alentemos a nuestras hijas para que puedan vencer el miedo de los hombres y eduquemos a nuestros hijos para que sean capaces de ver lo hermoso que hay en las mujeres, y para que en lugar de sentirse atacados por ello se sientan agradecidos por lo que aporta, por lo que suma.
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10 Comentarios
pongamos nuestro granito de arena….viva superkika!!@
Cada dia, hay que intentarlo!
Cuanta verdad! Pero muy difícil de cambiar,nunca nos dejarán ganar (mcsal)
Eso es lo malo, que ya lo sabemos… pero en fin, mejor seguir peleando a quedarnos impasibles…
Todos los días lucharemos por que nuestras hijas sean mejor reconocidas que nosotras. Ana Robert.
Asi es, al menos lo intentaremos!
Al final todo, todo, todo, empieza en casa. Es así. Pero como bien dices nos lo ponen más difícil si al cruzar la puerta de casa tienen la losa contraria esperándoles… Es difícil pero hay que hacerlo. Besotes!
Asi es Marta! La base de todo esta en casa!
Poco a poco podemos hacer mucho por conseguir la igualdad!
Ahora ya nada puede pararnos y tenemos que seguir luchando!