Si ya de por sí solemos tener el debate de “¿deberes si o no?”, durante el curso escolar, llegan las vacaciones de verano y nos preguntamos lo mismo, ¿realmente es necesario hacer los típicos cuadernos de vacaciones para repasar durante el verano? ¿no es mejor que los niños desconecten del colegio de una vez y que se dediquen a jugar todo el día?
Lo cierto es que los cuadernos de vacaciones existen de toda la vida o al menos yo cuando iba a EGB ya existían, todos recordamos aquel famoso anuncio de una conocida editorial que, por aquel entonces, creo que solo competía con otras dos mas. Curiosamente, eran deberes opcionales, o al menos a mi nunca me los mandaban expresamente, porque lo aprobaba todo y creo recordar que una vez se lo pedí yo a mis padres por propia voluntad, para saber que era aquello del “cuaderno de vacaciones”. ¿Era masoca? No, es que llegaba un punto del periodo vacacional que me aburría como una ostra, porque si, son muuuchos días de vacaciones y aunque nos íbamos de viaje y de excursión, para una niña de 9 años los días y las horas pasaban muuuy despacio y al final soñaba con que llegara la vuelta al cole.
Para tener una visión desde el punto de vista docente, de nuevo contamos con SuperprofeFran que nos va a contar porqué son necesarios los deberes en vacaciones y sugerencias para su realización… ah, y algunos “deberes” de esos que ayudar a repasar que es eso de disfrutar de las cosas pequeñas de la vida:
Un mecánico de cualquier taller es sabido por todos que se lleva piezas de coches en agosto para acabar sus pedidos, sabemos que todo médico se lleva el historial de sus pacientes para leerlos en la playa, y somos conocedores de que los mejores ingenieros siguen trabajando…. Un momento, esta historia creo que no era así.
Los niños tienen vacaciones, tras 10 meses de trabajo (son niños, pero su “trabajo” es estudiar, no?) y uno piensa que es mejor que descansen, que dejen los estudios, que se liberen de los grilletes opresores de la escuela. Y que disfruten, como piensan disfrutar sus ansiados padres los 15, 20 o 25 días que puedan desprenderse de eso que llamamos oficio, o profesión laboral.
Pero los niños son niños, y con facilidad pasan de su “oficio” al desficio, tras unos días de aparente descanso y libertad hay niños que entran en una fase de “necesito hacer algo, me aburro, consumo descontrolado de pantalla de tv, tablet o consola” o mil cosas más, en síntesis, estar ocioso.
Siempre hay quien tiene el hijo raruno de la cuadrilla, que afirma que su niño se entretiene solo, no se sube por las paredes y si me apuran los lectores hasta prepara la comida para que sus padres lleguen a mesa puesta a mediodía. Es broma, supongo.
Entonces, ¿hay que hacer deberes o no? Yo doy mi opinión como padre, en primer lugar, y luego como docente. Al acabar las clases es justo que tengan una semana de desconexión sin nada que implique estudio, pero luego hay algo que debemos plantearnos. Creo que es necesario ocupar el tiempo de nuestros hijos, y creo que una buena forma de ocuparlo es establecer unas rutinas, que si ser estrictas ni insalvables, ayuden al niño a controlar sus tiempos, ha organizar unos hábitos y ayude a muchos abuelos (santos) a gestionar el día a día.
Si de lunes a viernes tengo 5 días, ¿puede mi hijo acostumbrarse a 3 de esos días escribir algo? ¿O leer? Creo que puede y debe. Si se estructura el trabajo evitamos también eso que a veces pasa, que se pone a hacer el típico cuadernillo de verano (tengo 40, y yo ya los hacía en mi EGB, y crecí normal) y en 4 días ha terminado las 40 páginas. Cómo ocupo el resto del tiempo… ¡Erroooor!.
Por tanto, hacer algo de repaso no hace daño. Pero ¿qué hago? En mi opinión, y lo practico desde hace un tiempo, creo que es conveniente ofrecer alternativas variadas. Cada niño es un ser individual, si yo ofrezco varios materiales y los padres pueden elegir los que quieran hacer les estoy dando libertad, poder de decisión, y autonomía. No es hacerlo todo, si se ofrecen 4 libros, no lo hagas todo, elige según tu creas. Ya me preocupo yo, como docente, de que esos 4 libros sean recomendables para esos niños.
¿Y cuánto tiempo deben hacerlo cada día? Depende del niño, mi hija una hora de trabajo le parece poco, y a mi hijo 30 minutos es un suplicio, pero no es el tiempo lo que determina, sino la labor que ese día les ha tocado hacer. Por tanto el tiempo debe ser variable en función de qué le hemos pedido que haga.
Pero antes hemos visto que de lunes a viernes sólo se trabajan 3 días, ¿solo? En mi caso, y hablo ahora como padre, es bueno hacer también actividades de “No-repaso”. Yo con mis hijos cada semana hacemos dos excursiones, como visitar un museo de dinosaurios (algo que hago desde que nacieron y les encanta), hacer una ruta por la montaña, visitar la Catedral de Valencia y subir al “Miguelete” (campanario), entrar en alguna cueva, salir al campo a buscar rastros de animales, visitar la cueva pirata de Cullera (Valencia)… os garantizo que hay un sinfín de posibilidades que con algo de imaginación y voluntad se pueden hacer.
Como docente creo necesario ofrecer actividades para la familia, también voluntarias y elegibles, pero que sirvan a las familias como ayuda, orientación o estímulo para hacer algo diferente. En ese sentido es labor de los profesores no sólo educar a los alumnos, sino asesorar a los padres, de forma voluntaria, en aquellos aspectos que puedan ayudar al desarrollo del niño.
Pero… ¿Deberes sí o no? Yo defiendo, como padre, mantener algunas rutinas que ayuden a nuestros hijos a organizar su día a día, y como docente que ayuden a mantener la mente despierta. Yo defiendo, también como padre, a hacer actividades en familia, no sólo de un libro, sino de fomentar su creatividad, imaginación, conocer tocando, oliendo la vida… Porque como docente os garantizo que la vida adulta se sostiene de los olores de nuestra infancia, de las caricias y de esas cosas que nuestros padres y abuelos nos enseñaron cuando parecía que no les escuchábamos.
Como padre os invito a sembrar hoy para que el futuro se nuestros hijos sea algo más bonito que entretenerse cazando pokemons o maquillando un busto en la pantalla del smartphone.
¿Que os parece? Yo creo que no hay mucho mas que añadir… bueno si, un montón de cruces en la lista azul de los deberes de verano de SuperProfeFran, ¿verdad? ¡A disfrutar del verano!
Comentario
Pues algo parecido nos ha recomendado la profe de mi hija, ella nos ha recomendado un cuadernillo de lengua y otro de matemáticas, pero cortitos de pocas páginas para que si queremos se los compremos a nuestros hijos y que repasen pero siempre sin agobios y sin que suponga un suplicio para el niño porque por supuesto no es obligatorio terminarlos. Luego nos ha recomendado que se lean al menos un libro el que elija el niño da lo mismo del tema que sea o como sea, y el resto de deberes son y cito sus palabras “disfrutar y divertirse en las vacaciones del verano”