Hace poco, un compañero de trabajo que acababa de regresar de su escaso mes de baja por paternidad y que, después de varios años trabajando juntos, pasando por delante de mi mesa, hablando conmigo y demás interacción típica… por primera vez, se fijó en los dibujos que tengo pegados en la columna justo detrás de mi ordenador, esos de “te quiero mamá” que tan orgullosas lucimos las madres o los que tenemos niños en general. Y entonces es cuando le dije: “ya está, has sufrido la metamorfosis de la paternidad”. Bienvenido al lado oscuro, jajajaja…
Es curioso porque, precisamente, no es un chico que estuviese especialmente emocionado o que hablara de su futura hija con asiduidad, de por sí siempre ha sido mas bien parco en palabras… pero ¡ay, como le brillaban los ojos ese día hablando de su niña!
Sólo una mama o un papá tienen el poder de conocer todo el significado que este dibujo tiene ¿verdad?
Y esto es lo que más me gusta de todo este “lado oscuro” o mas bien, todo lo contrario, de este lado lleno de luz, de vida, de poder y de fuerza. Conocer mas o menos todas las sensaciones que van a tener una vez nazcan sus bebés, contarles toooodo lo malo y alguna cosa buena, para ponérselo feo y así que luego me digan “oye, pues no es para tanto” o “pues se porta muy bien” o “fíjate, casi duerme toda la noche ya”, pero ¡que mala soy! Sin embargo, es mejor preparales mentalmente para una especie de batalla y luego que se den cuenta de que es más fácil de lo que les habían contado, pero eso sólo vale para cuando el bebé ya está “en el horno”, porque si contamos todo esto a los que aun no están “embarazados” se rinden y ni lo intentan, directamente se compran una tortuga de tierra como os contaba en este post, jajajaja…
Y lo que aún me gusta mas es ver como cada vez los padres se interesan y se implican cada mas en el embarazo, en el parto o en todo lo que conlleva la llegada de un bebé a sus vidas. Me encanta ver cómo se enteran, casi por casualidad, de que tengo un blog de maternidad, cómo se acercan a mi mesa y me dicen que van a ser papás, cómo me comentan sus mil dudas… y claro, ¡justo dan con la horma de su zapato! Lo sé, no puedo evitarlo, me emociono tantisimo ¡y casi les hago un seguimiento del embarazo!
Si para nosotras es ya bastante complicado con todos nuestros cambios corporales y hormonales, imaginad que para ellos todo es sumamente abstracto, no hay sensaciones mas allá de notar una patadita en nuestra barriga o sufrir nuestros desvaríos siendo presas del desborde emocional que conlleva cosas nimias como elegir entre azul cielo, beige, crudo, blanco roto… en fin, cosas del “pantone”, jajajaja…
No es fácil ser un papá primerizo, ya os lo contaba aquí mi marido cuando sufrió su primera metamorfosis… o peor, al padecer el síndrome del padre desplazado, es decir, ser el convidado de piedra de un evento donde parece que todo el mundo sabe mas que tú y te van relegando a una esquina porque “esto es cosa de mujeres”…. Uhmmm, genéticamente bastante cuestionable.
Por suerte los tiempos van cambiando, las mentalidades también y cada rol es desempeñado por quien corresponde… qué maravilloso caer en luminoso lado de la vida, ¿verdad?
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3 Comentarios
y que maravilloso es cuando uno de tus posts tocan la tecla adecuada,te hacen sentir esa vibracion cosmica y entonces aunque sabes que no te conoce piensas….”esta hablando de mi”….y una sonrisa de bobo se te dibuja en la cara porque entonces todo tiene sentido….el.amor entre padres e hijos es tooodo un iniverso, conectado con infinitos universos…..
Asi es, un amor infinito e indiscriptible desde el primer segundo q aparecen en nuestras vidas, tanto para el padre como para la madre. Otro post q llega justo al sentimiento. Besos. Ana Roberto.
Reventao a trabajar en la fabrica, llegar a casa, supermercado, juegos cn el niño, bricolaje, llega la madre una caña como so no pasa nada y luego claro está… Hacer la cena, poner la mesa y recogerla… Y despues morros xq estoy enfadado todo el dia… No entiendo porque….ahh y el niño pasando de mi a montones.. Perfecta paternidad..