Tremenda afirmación emitida por una conocida reportera, madre de mellizos de casi un año de vida y que últimamente ha hecho arder las redes sociales y a la que han lapidado a criticas los defensores de la maternidad a ultranza. No sé, pero a mi semejante sentencia me huele más a campaña de promoción de su nuevo libro sobre su maternidad que a un verdadero pensamiento de madre… tampoco entiendo, con semejante trastorno de vida, como le ha dado tiempo a escribir un libro… uhmm, algo no encaja en toda esta historia, creo yo.
Vamos a ver… esto de hablar de la “parte mala” de la maternidad ¡ya está inventado! Véase el caso de las “malasmadres” o ya poniéndonos en modo radical con la Generación NOMO (No Mother – No Madre) que directamente deciden no tener hijos y lo defienden … si a todo esto le sumamos la moda del “No Kids” (restaurantes, hoteles, trenes… sin niños), pues a este paso y encima, como cada vez nos ponen mas dificil el hecho de tener hijos, ¡a la mierda la raza humana! ¿No? De aqui a la extinción.

Mentiría si no dijese que en algún momento he echado de menos hacer cosas sin dar cuentas a nadie, he echado de menos poder decir que sí a cualquier buen plan o a quedarme remoloneando en la cama un día entero… pero entonces, ¿no se pierde calidad de vida desde el mismo momento en que creces perdiendo la infancia y la inocencia? ¿o en el momento en que te casas perdiendo la libertad de la soltería? ¿o desde el momento en que empiezas a trabajar perdiendo prácticamente todo tu tiempo libre? Ufff, trabajar, eso sí que te quita “calidad de vida” y no los hijos, diría yo…

Queremos ser libres, pero la libertad también tiene un precio… y es que, lo queramos admitir o no, el ser humano no está hecho de blanco o negro, está hecho de matices, de hoy si y mañana no, porque lo poco agrada y lo mucho cansa… todo tiene su parte buena y su parte mala, el ying y el yang… y a fin de cuentas todo se basa en la búsqueda del equilibrio, de esos pequeños momentos donde todo encaja, sonríes y eres feliz. Juzguemos menos y disfrutemos más… mañana será otro día.
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