Hace unos días, estaba comiendo con mis hermanas y mi madre en una terracita de un restaurante de esas que mantienen calientes con estufas decorativas a base de bombonas de gas. Estábamos tranquilas, divirtiéndonos, y yo estaba muy relajada sin mis hijos revoloteando alrededor o dejándome a medio comer por una cosa o por otra, como suele pasar cuando salimos a comer fuera con ellos.
Pero, cuando el dueño del restaurante se dispuso a cambiar la bombona de una de las estufas, de repente, la bombona empezó a perder gas de manera incontrolable… en ese momento, salí de estampida de aquella terraza y me refugié en una tienda cercana, no pensé en nada más que en ponerme a salvo… Afortunadamente, no pasó nada, menos mal, pero regresé a mi sitio con bastante recelo y pensando en cómo, en el sitio más inesperado, en el momento más tranquilo, todo puede cambiar. Y fue entonces cuando una de mis hermanas me preguntó: “¿a que te has ido corriendo por tus hijos y no por ti?”, y yo le respondí: “SIN DUDA”.
En ningún momento, mientras me refugiaba en aquella tienda, pensaba en sufrir daño propio, en perder mi vida, sino que pensaba en que mis hijos me perderían a mí, en que mamá no regresaría a casa, en que mamá no volvería a darles un beso cada noche, en que mamá no sería testigo de cada momento importante de sus vidas… y todo eso pasó por mi mente en cuestión de segundos.
Y así me pasa cada vez que cojo un coche, que paso sola por un lugar turístico atestado de gente, o incluso que me subo a un avión… y eso que trabajo en aviación y sé de sobra todo el mantenimiento y revisiones que se les hacen a los aviones cada día, pero en el momento del despegue, de una turbulencia o de un aterrizaje, el corazón y la mente se van a ese otro lado, el del miedo irracional.
Es de locos, lo sé, pero cuando lo “imposible” te ha pasado, ya nunca vuelves a pensar en que “esas cosas les pasan a los demás”. No, lo imposible también puede pasar, por mucho que te empeñes, por mucho que quieras ir contra el destino, pasa. Y yo sé lo que es. Pero, por salud mental, no puedo pensar en ello constantemente, pero el corazón y la mente, reaccionan por puro instinto de supervivencia.
Antes de ser madre estas cosas no me pasaban, o si lo pensaba lo hacía fugazmente, como quitándo el pensamiento de mi cabeza y si acaso sintiendo el miedo a morir, a dejar de vivir… pero no pensando en todo lo que dejaría atrás, no pensando en cómo podría cambiar la vida de quien dejaba atrás…
Ser madre es el mayor antídoto frente al egoísmo que pueda existir, ya nada más importa que sus vidas, las de tus hijos, desde el mismo instante en que el test de embarazo anuncia que una explosión celular anida en tu vientre, ya solo vives por y para proteger tu pequeño milagro. Y así será para siempre.
Entregamos nuestro cuerpo sin reservas, hacemos casi de meras incubadoras si nos toca hacer un reposo absoluto… no importan los kilos de más, las estrías, las vomiteras, los dolores, incluso las cicatrices… después de semejante entrega, es imposible que tan si quiera quede un ápice de egoísmo en nuestro cuerpo. Ellos siempre primero…
La maternidad es el mayor acto de altruismo de una mujer… una vida a cambio de otra, porque la nuestra, nuestra vida, ya jamás nos pertenecerá… no es para mi, es PARA TI.
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12 Comentarios
asi es….para siempre,aunque crezcan,padres y madres anegados que renunciarian a todo….
d.
Para toda la vida…
Toooooda la razón del mundo, ya no somos nosotras, somos ellos,ahora, mañana y dentro de diez años. Otro gran blog de parte de una gran madre, esposa y amiga. Ana Roberto.
Y para toda la vida… ser madre o padre es un cargo vitalicio… gracias Ana!
Vaya, desconocía el contenido de este post… En serio te metiste a una tienda? jajaja.. Yo lo hice dentro del restaurante y con el tenedor en la mano jaja, creo que los dueños se dieron cuenta del susto y por eso cayó otra ronda de vino, pero ves???? Yo no tengo hijos, pero quién te hizo esa pregunta??? Sé q no soy madre pero también sé ponerme en el lugar de los demás, o será mi excesiva empatía con las personas, pero lo supe al verte correr… Precisamente ahora está siendo noticia un libro que ha publicado Samanta Villar "Madre hay más que una" en la que reivindica el derecho a quejarse y que la maternidad no es tan idílica. Es cierto, tu vida deja de ser tuya para ser el pilar, la razón de otras vidas, y eso es un acto de generosidad y altruismo muy grande. Por eso mi respeto y admiración a todas las que lo sois, y también a los padres abnegados como el de tus hijos. Y a las que no somos madres, pues también mucho respeto, xq a veces no lo somos por propia decisión, la vida en ocasiones te lo pone dificil o simplemente el destino no es lo que busca de ti. Felicidades por el post.
Si, jajaja, en la tienda donde compraste la postal de Audrey Hepburn! Pues si, de hecho me sorprendió que cayeras en la cuenta, pero en realidad me conoces tan bien que ya sabes hasta como pienso y siento… hay muchos tipos de maternidad y las tias madrinas son otras grandes madres…. y muy consentidoras!! Jajajaja…
Jaja, yo es que en el fondo soy muy madrota, ya lo sabes jeje, tus hijos me vienen muy bien para ejercer mi lado maternal… Pero digo yo,, casi hubiese sido mejor echar una carrera hasta la Fontana de Trevi jaja, xq si hay una explosión tanto el rte como la tienda de souvenir se vienen abajo jaja.
Si, jajaja, en la tienda donde compraste la postal de Audrey Hepburn! Pues si, de hecho me sorprendió que cayeras en la cuenta, pero en realidad me conoces tan bien que ya sabes hasta como pienso y siento… hay muchos tipos de maternidad y las tias madrinas son otras grandes madres…. y muy consentidoras!! Jajajaja…
Que verdad y que agobio de frase. Saber que mi vida ya no “es mia” que alguien depende de mi es TAN cierto que no puedo negarlo y a la vez me da tanto miedo pensarlo… es algo que no llegamos a entender cuando buscamos un bebe ni si quiera cuando lo llevamos dentro o lo recibimos en nuestros brazos… es algo que acabas por comprender despues, cuando es “tarde”.
Parece que me arrepintiera con esas palabras, y no es asi.
Aún así, que miedo.
Es una gran responsabilidad con la que tenemos que lidiar cada dia, criando personitas que algun dia serán adultas con todo el bagaje que les habremos puesto en la mochila… da miedo, pero en el fondo, es emocionante.
Así es! Una ya sólo tiene pensamientos para ellos ,aún cuando crecen y te relajas ya un poco siempre están con el run run de los estudio,su futuro ,sus miedos y a veces tienes que estar sin estar porque ellos ya quieren volar. Comienza la época en que tu ya no controlas.
Aysss, Carmen, que bonito todo lo que has escrito… cierto, una es madre para toda la vida.