Con mi hija mayor directamente descarté la mochila portabebés porque nació en junio y pensé que se moriría de calor ahí dentro, luego eché de menos mil veces tener a mano un portabebés porque resultó ser un bebé de alta demanda y casi no me podía separar de ella… pero el tema del porteo, por aquel entonces, no estaba tan difundido como ahora y casi mejor, porque seguro que habría comprado una mala mochila para su cuerpecito.
Luego, con mi hijo pequeño, empecé a informarme mejor sobre el tema de porteo, contacté con una de las pocas webs que por aquel entonces estaban especializadas en mochilas portabebés y después de muchos repasos a los modelos y varios intercambios de mails con su asesora de porteo, elegí una y resultó que la elegí mal. Ni era tan fresca como yo pensaba, ni tan fácil de poner, ni tampoco se podía usar desde el nacimiento como rezaba su descripción de producto. No pude cambiarla a pesar de darme cuenta de todos estos detalles en la primera prueba en casa y tampoco me podía permitir comprar otra, así que la dejé en el armario a ver si más adelanteeee… pues tampoco, porque mi hijo no quería saber nada de mochilas.
GRACIAS POR SEGUIRME Y POR VUESTROS COMENTARIOS
No te pierdas nada!! Suscríbete a la newsletter!!
Comentario
Siempre dando los mejores consejos y lo mejor de ti.Ana Roberto.