Y es que llega un momento en que ¡ni si quiera los métodos para gestionar las cartas de los Reyes Magos y Papá Noel cuelan!, caen por su propio peso y sin querer nos pillan y no nos damos cuenta… y es que, ¡hay que ver lo que cuesta hacer verdad una mentira! Jajaja… Yo creo que es una de las “mentiras” mas vieja y tradicional de la humanidad y que, a la vez, transmite la verdad mas intensa, pura y especial que jamás podamos contar en nuestras vidas: el AMOR. Amor por nuestros hijos, por la infancia, por la ilusión… porque nosotros ya sabemos lo que viene después, demasiada realidad, oscura, triste y fea, una realidad con la que nos toca lidiar el resto de nuestras vidas… Sabiendo todo esto, ¿quien no contaría la mentira mas grande jamás contada?
Hola, _____:Somos los Reyes Magos.En realidad, lo importante no es que seamos Reyes ni Magos. Lo importante es que somos unas personas que te quieren, que saben cómo te sientes y cómo es tu corazón.Sabemos tantas cosas de ti como tus padres: que te apasiona el fútbol, que te gusta madrugar, que eres un gran músico, que escribes cuentos sobre dragones, que tienes una profe hueso que se llama _____, que te gusta hacer galletas en Navidad, que conoces el secreto del cocinero, que tienes una especie de segunda familia en ____, que tienes un amigo que se llama ____ (y otro ____, y otro _____…) y una amiga que se llama _____…Sabemos que te esfuerzas en hacer bien las cosas, que intentas no pelearte con tus hermanos (aunque a veces, con ____, no lo consigas) y que muchas veces ayudas a papá y mamá. Y sabemos que ya tienes ___ años y… algunos meses más.Sí, ya eres mayor. Y, por eso, ha llegado el momento de compartir contigo nuestro SECRETO. Cuando un niño deja de ser niño y se convierte en hombrecito, está preparado para guardar nuestro secreto sin decírselo a sus hermanos menores o a otros niños que no lo saben.Sí, pocos saben la GRAN VERDAD… y, para conocerla, hay que ser capaz de guardar el gran MISTERIO DE LOS REYES MAGOS sin decírselo a los demás. Y es el momento de que lo sepas tú.Nuestro gran secreto es que… nosotros existimos únicamente en el corazón, en el corazón de todos los papás y mamás del mundo.La verdad es que no existen los Reyes Magos como personas…. pues no podrían vivir eternamente. Los que ponen tus juguetes por la noche mientras tú duermes son… ¡tus papás! Sí, son tus padres.Y te ponen juguetes porque creen que durante todo el año te has portado superbien, porque creen que eres un buen chico, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen nieto, un buen alumno, un buen dibujante, un buen lector, un buen estudiante…en fin, un niño que se merece que sus papás le demuestren lo orgullosos que están de él.Querido ____, tu papá y tu mamá son felices porque tú existes, porque tú eres su querido hijo y no un niño cualquiera. Tus padres son felices porque disfrutan de ti, de tu inteligencia, de tu cariño, de tu manera de ser. Tienes la virtud de hacer felices a todas las personas que te quieren y eso…eso se merece una sorpresa tan grande como la de creer en los Reyes Magos.Tu hermano ____ fue el primero en conocer nuestro secreto, pero tu hermano ____ es aún pequeño y por eso no podemos hacerle participar de este gran misterio. Hay que guardar el secreto. ¡Es una gran responsabilidad! Tú, que sí lo conoces, debes ayudarnos a mantener en él la ilusión cada año que ponga sus zapatos bajo el árbol. Cuando sea tan mayor como tú, los Reyes Magos nos encargaremos de escribirle una carta también a él. Contamos contigo para que no se lo cuentes. Le dejaremos creer en los Reyes Magos unos años más.Un beso enorme de los Reyes Magos y de papá y mamá.
Y aqui os dejo otra versión un poco más mágica, casí como si de un cuento se tratase:
el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:- ¿Papa?- Sí, hija, cuéntame
– Oye,
quiero… que me digas la verdad
– Claro, hija. Siempre te la
digo -respondió el padre un poco sorprendido
– Es que…
-titubeó Blanca
– Dime, hija, dime.
– Papá, ¿existen
los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su
mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo
pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba
igualmente.
– Las niñas dicen que son los padres. ¿Es
verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la
mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
– ¿Y
tú qué crees, hija?
– Yo no se, papá: que sí y que no. Por
un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas;
pero, como las niñas dicen eso…
– Mira, hija, efectivamente
son los padres los que ponen los regalos pero…
– ¿Entonces
es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis
engañado!
– No, mira, nunca te hemos engañado porque los
Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos
manos la cara de Blanca .
– Entonces no lo entiendo. papá.
–
Siéntate hija y escucha esta historia que te voy a contar
porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el
padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Ella se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le
sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él
debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
–
Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente
guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle.
Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso
tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes,
Melchor, dijo:
– ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño!
Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo
felices que serían.
– ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una
buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de
poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el
mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba
escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
–
Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque
somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder
recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero
sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al
pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que
desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la
voz de Dios se escuchó en el Portal:
– Sois muy buenos,
queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros
a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme:
¿qué necesitáis
para poder llevar regalos a todos los niños?
– ¡Oh, Señor!
-dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
Necesitaríamos
millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran
llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos
tener tantos pajes., no existen tantos.
– No os preocupéis
por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada
niño que hay en el mundo.
– ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo
es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de
sorpresa y admiración.
– Decidme, ¿no es verdad que los
pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?
-preguntó Dios.
– Sí, claro, eso es fundamental – asistieron
los tres Reyes.
– Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer
muy bien los deseos de los niños?
– Sí, sí. Eso es lo que
exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los
tres.
– Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera
más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los
tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios
estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
–
Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres
Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos
regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos,
todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro
nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que
deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la
entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios
Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para
entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de
entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos
a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén,
recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más
felices.
Cuando el padre terminó de contar
esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres
dijo:
– Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy
contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y
corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la
mano mientras decía:
– No sé si tendré bastante para
compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más
dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el
Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente
satisfechos.
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12 Comentarios
creo que hay varias de estas cartas todas ellas muy parecidas,pero si, es una preciosidad y ayuda a que tus hij@s sigan creyendo…aunque sea en otras cosas
D
Claro, es cuestión de darles un punto de vista diferente para que la mentira se convierta en una preciosa historia y un secreto que guardar!
Pues si, se nos hacen mayores, yo también tengo esa carta guardada para el temido día que espero que tarde en llegar, por que a mi niña la veo todavía muy inocente para ni siquiera pararse a pensar si lo q dicen es verdad, gracias de nuevo por tus sabios consejos, y espero q os funcione, besos. Ana Roberto.
bueno, el hecho de que ella sea inocente no va a impedir que oiga comentarios en clase sobre el tema, ya ves como van las cosas… pero quizas ella no se lo crea y prefiera seguir pensando que es cierto… pero vamos, nos queda poco Ana!
Me quedo sin palabras…
Es cruel quitar esa ilusión a un niño. Esto es muy serio, deberíamos hacer un parón y ponernos a pensar en lo que está pasando y qué estamos haciendo mal.
La infancia es una etapa maravillosa que pasa muy rápido y te marca de por vida.
Deberíamos esforzarnos en hacerles esa etapa inolvidable a nuestros peques y que la ilusión por la navidad le dure lo máximo posible porque no hay nada tan bonito que ver los ojos de un niño poniendo el árbol, escribiendo su carta de reyes, el nerviosismo de la noche de Reyes…
Cielos!! no les robemos eso!
Nadie está hablando de quitarles la ilusion a los niños, todo lo contrario! Estamos dando alternativas para estirar esa ilusion al máximo, pero llega un momento en que por edad se van a enterar, pero hay mas maneras de seguir viviendo la navidad con ilusion a pesar de que sepan que no existen los Reyes Magos!
La temida pregunta! La verdad es que estas cartas con muy bonitas y sirven para más bien que nos perdonen la mentira,porque ha esas alturas ellos ya saben más que dicen y sólo piden tu conformación. (mcsal)
jajajaja, como lo sabes!!
sobre que edad sucede? los compañeros de clase de mi hijo ya le van diciendo que no existen y nosé si hacerle la carta este año pero me da una penita…
Pues a partir de los 7 años en cualquier momento… tu ten la carta preparada por si te viene un dia con la pregunta y entonces se la das. Mientras tanto tu disumula! 😉
sabes qué, con este titular, puedes hacer perder la ilusión a un niño que entre en google para saber si existen o no???
si solo leen el titular, ya está….
Seguramente existan muchos mas titulares así, lo adecuado sería que niños pequeños que aún están en la edad de creer en los Reyes Magos no tengan libre acceso a Internet sin supervisión de un adulto… y si buscan algo así será porque ya sabrán algo.