En casa tenemos miles de cuentos pero en realidad parece que no les lleguen a interesar a nuestros hijos. Los leen por encima, repasan mil veces las ilustraciones, y vuelven a la estantería sin realmente hacer mella en su mente. Muchas veces nos hemos tumbado con ellos en su cama para leerles algunos de sus cuentos favoritos y acabamos leyendo media colección, cansados ya de tanto leer, ellos saltando y no prestando atención y el mensaje de nuevo rebota en las paredes. Al final, una actividad familiar tan gratificante como la de leer un cuento se convierte en un momento no tan deseado, sobre todo por los padres.
Gracias a Raquel Rodríguez de la Escuela Libre Allegra (ver biografia al final del post) he aprendido un poco mas sobre cómo hacerlo mejor y lo más importante, sobre cómo lograr que el mensaje, la moraleja, el aprendizaje de cada cuento cumpla su misión sin dejar de hacer soñar y volar la imaginación. Os dejo con sus consejos para aprender a contar cuentos a tus hijos y disfrutar todos de ellos:
La llegada de las vacaciones es un buen momento para introducir o reforzar el hábito de leer o contar cuentos a los más pequeños de la casa. Hoy en día, es posible encontrar una amplia oferta que puede dificultar la elección de las mejores lecturas, pero siempre acertaremos si recurrimos a los cuentos de hadas tradicionales. Al final del post hemos creado una lista de libros recomendados en base a los consejos que a continuación te explicamos.
Antiguamente, los cuentos de hadas formaban parte del desarrollo emocional e intelectual del niño. Eran verdades tratadas de comportamiento y convivencia para descifrar enigmas, deshacer agravios y resolver problemas. Los verdaderos cuentos de hadas transmiten arquetipos humanos y de situaciones diversas que, a lo largo de la historia, se repiten una y otra vez. Entran directamente en la imaginación del niño y le ayudan a concebir e imaginar fantasías, muchas de las cuales encierran angustias y temores que el niño quizá sienta, pero no sepa cómo identificar o verbalizar. A través de estos cuentos, llegará a soluciones tranquilizadoras: triunfo frente al lobo (Caperucita Roja), vencer a alguien malvado o superar el miedo al abandono (lHansel y Gretel)…
También es muy valioso el lenguaje enriquecido de estos cuentos: a medida que crece el vocabulario del niño, aumenta su capacidad de experiencia y creación. Además, le permitirán conformar un extenso vocabulario, dar sentido a la gramática y a la estructura de la oración, y su comprensión del lenguaje será mayor.
Recomendaciones para disfrutar de los cuentos juntos:
- Es mucho mejor que los cuentos sean contados y no leídos. Los cuentos contados tienen una riqueza más añadida que es la cualidad humana que aporta el que los cuenta, y que es única.
- Es importante no dramatizar en exceso. Aunque nos parezca en inicio que captamos más la atención del niño, en realidad el niño genera internamente una emoción que le envuelve más que la propia historia del cuento, además de transmitirle connotaciones negativas o positivas de índole moral que el niño debería valorar por sí solo.
- También es importante que repitamos el mismo cuento varios días seguidos, así damos tiempo al niño a entrar en profundidad en ese significado del cuento.
- No es recomendable que nosotros mismos demos al niño explicaciones de lo que hemos entendido que el cuento intenta transmitir, dificultamos el proceso de interiorización y comprensión individual y propio niño del niño.
- Si leemos un cuento, por ejemplo, antes de dormir, que sea sólo uno. De esta manera, el niño se va a dormir con esa imagen creada en su interior.
- Debemos buscar los cuentos originales. Actualmente tendemos a suavizar y desvirtuar las imágenes de esos cuentos porque nos parecen “grotescas” para nuestros niños. Ocurre, por ejemplo, con Caperucita Roja y la abuela, comidas por el lobo: esto no significa más que cuando te despistas, te confundes de camino, tu sabiduría (representada por la abuela) y tu pureza, inocencia (representadas por Caperucita) pueden ser ‘devoradas’ por tu parte más negativa. El niño necesita oírlo: si no dramatizamos, no lo vive con miedo.
- En caso de cuentos ilustrados, es interesante que busquemos imágenes suaves, sencillas, que tengan que ver con las imágenes que tenemos en la vida real. Este tipo de ilustraciones se pueden encontrar, por ejemplo, en las editoriales ING Ediciones y Rudolf Steiner. Los cuentos ilustrados se recomiendan especialmente hasta los 3 años.
- También es muy interesante crear un ambiente acogedor y de confianza, amoroso y tranquilo donde el niño se prepare anímicamente para algo tan especial como lo que va a recibir con el cuento y se entregue por completo a este momento.
- Hasta los 9 años, el cuento ha de tener un final feliz, para contribuir a esa confianza necesaria para tener ilusión y apasionarse por los retos de la vida.
- Disfrutad también vosotros de ese momento y dejaros llevar por la emoción de lo que estais contando, sentíos también niños y adentraros un ratito en la magia de vuestra propia imaginación mientras les narrais el cuento.
Y ahora os proponemos una selección de cuentos recomendados que encajan con el desarrollo emocional:
1. Madre Nieve, de los hermanos Grimm (3 años en adelante): la protagonista tendrá que superar ciertos obstáculos. Con este cuento, los pequeños aprenden la importancia de ayudar a los demás, sin necesidad de esperar nada a cambio. “En general, cualquier cuento original de los hermanos Grimm es una lectura más que aconsejable, aunque es importante escoger los más adecuados para cada edad. Por ejemplo, ‘Blancanieves y los siete enanitos’ podemos contarlo a niños a partir de 7 años”, señala Raquel.
2. La Gallinita Roja, de Byron Barton (3 a 6 años): historia sencilla que los niños desean que se les cuente una y otra vez y que habla del valor del esfuerzo, la colaboración y la constancia.
3. Los Buenos Amigos, cuento tradicional chino (de 2 a 8 años): nos acerca a la verdadera esencia de la amistad y de la conciencia social. “Es importante, como ya hemos mencionado, dejar que el niño haga poco a poco su propia valoración” señala Rodríguez.
4. Los Niños de las Raíces, de Sibylle von Olfers (de 3 a 10 años): bella historia que nos habla de los procesos de la tierra y de que antes de que veamos exteriormente los cambios, algo se va tejiendo con calma en el interior.
5. Adiós, Pequeño Amigo, de Helena Portella (de 4 a 9 años): un cuento muy emotivo y lleno de ternura, que nos hace plantearnos muchas cuestiones como adultos y que enseña a los niños la capacidad de renunciar a lo que quieren y, aun así, estar satisfechos por su esfuerzo.
6. Te lo Prometo, de Knister (de 2 a 8 años): cuando algo aparentemente se destruye o parece desaparecer, en ocasiones, suele dar paso a algo mucho más brillante. Pero antes, tenemos que transitar por la tristeza, la soledad y las dudas. En el cuento se transmite al niño este proceso de una forma muy sencilla y le ayuda a aceptar los pequeños cambios y las transiciones de su vida.
7. Mi Mamá y Yo, de Alison Ritchie / Alison Edgson (de 1,5 a 3 años): un sencillo relato en el que los más pequeños se sienten muy identificados con el protagonista y con su mamá, y perciben internamente un vínculo tan fuerte que podría decirse que para ellos son uno sólo.
8. ¿Soy realmente diferente?, de Evelien van Dort-gerda Westerink: este cuento es fundamental como “fondo de librería”; ayuda a transmitirle al niño que ser distinto no es algo negativo.
Espero que os haya sido tan útil como a mi y nos contéis si ha cambiado vuestra experiencia de contar cuentos a vuestros hijos aplicando estas sencillas pautas y si alguno de los libros de la lista ya los conocíais o os ha gustado especialmente.
Raquel Rodríguez es fundadora y directora de la Escuela Libre Allegra. Maestra de Infantil y Maestra en el Máster en formación Waldorf en la Universidad de La Salle. Durante 14 años ha ejercido como profesora de infantil en la Escuela Waldorf de Aravaca, y desde hace 7 años, es una de las responsables de la Escuela de Padres de dicho centro. Colabora como docente habitual en los cursos de formación Waldorf y antroposofía impartidos por el Centro Antroposófico Ansar de Málaga.(Foto de una clase en la Escuela libre Allegra)
GRACIAS POR SEGUIRME Y POR VUESTROS COMENTARIOS
Si te gusta este post coméntalo, tu opinión es muy valiosa para mi… si no tienes tiempo dale al botón del G+1 de Google+ o compártelo en Facebook o Twitter… así este blog llegará lejos y seguirá vivo y lleno de ilusión… GRACIAS!
No te pierdas nada!! Suscríbete a la newsletter!!
CUENTOSEDUCACION EMOCIONALESCUELA DE PADRESESCUELA LIBRE ALLEGRALIBROSRINCON DE LECTURAVIDA EN FAMILIAWALDORF
5 Comentarios
Muy interesante! Pero donde estan los cuentos de mi infancia.A mi me encantaban
Bueno, seguramente muchos fueran de los Hermanos Grimm y como ves de primeras son los que mas se recomiendan por su enseñanza de valores y situaciones cotidianas de la vida. El resto son recomendados por las diferentes inquietudes que pueden abordar al niño y que nos pueden servir de herramienta para gestionarlas.
lo intentaremos estas vacaciones!!!!
D
Me apunto los nombres de los libros, aunque a mi hija le gusta leer sola antes de irse a dormir, es una nueva opción de pasar más tiempo con ella. Ana Roberto.
Me ha gustado mucho tu explicación y el dejar de suavizar o quitar las cosas que a los ojos de los adultos nos parecen "fuertes" para la mente de un niño como ser devorado por un lobo, abandonados por los padres o que un ciervo se quede sin su mamá, son problemas difíciles de afrontar, pero siempre con un feliz desenlace, por eso quieren repetir una y otra vez, saludos!