La semana pasada hubo un revuelo en las redes sociales cuando a la presentadora Tania Llasera se le ocurrió publicar una foto suya 7 semanas después del nacimiento de su hijo demostrando que no es tan sencillo recuperar la figura después de un embarazo.
Evidentemente, aquí la noticia era la valentía de una famosa mostrando su cuerpo en pleno postparto, aunque para haber pasado ya 7 semanas se me antoja aun demasiada barriga, pero en fin, eso es ya cuestión de cuerpos y “hechuras”, como dice mi madre. Ella misma decía que debía de ser la unica famosa con tripa postparto.
Porque claro, a lo que estamos acostumbradas es a ver recuperaciones increíbles en famosas poco menos que saliendo del paritorio, véase casos “in extreme” como Elsa Pataky que ¡quien diría que ha parido tres hijos! ¿Razones? Una buena forma física previa y posterior a los embarazos, con una dieta super sana, lactancia materna… (aqui lo cuenta ella misma en su blog) y bueno, no sé si tendrá niñera todo el dia, pero criar a tres niños pequeños tiene que desgastar y mucho, no? Bueno, he de decir que conozco personalmente amigas que les ha pasado lo mismo y se han quedado estupendas y no hacen tanto deporte, digo yo que la genética aqui también cuenta mucho, verdad?
Yo sé que hay mucha devota del running o que en su día ya eran aficionadas al deporte y esto de echar a correr carrito en mano en cuanto se lo consiente el ginecólogo es un hecho, peeeeero… mi realidad, es que yo echar a correr echo pero persiguiendo a mis hijos… ya sabéis, deporte de riesgo “quemacalorías” a tope!
El antes y el después de Elsa Pataky tras su embarazo gemelar… lo sé, envidia es poco, jajaja…
Con mi primer embarazo me eché 20 kilazos así, como quien no quiere la cosa. Juro y perjuro que no me dediqué a comer por dos ni pegarme atracones de chocolate, pero mi genética es de retener líquidos y claro, el agua también pesa. Yo ya me mentalicé que al menos hasta el primer año de mi hija no iba a recuperar mi figura de antes y si, fue muy deprimente salir del hospital y tener que volver a ponerme mi ropa de premamá en vez de mis vaqueros favoritos… porque señores y señoras, NO, NO ENTRAN!
Es parir y seguir teniendo la misma barriga pero mas desinflada y hacen falta muuuuchos meses para conseguir que vuelva a su sitio… si es que alguna vez vuelve. Después de tres embarazos mi cuerpo ya no es ni será el mismo de antes, es absolutamente imposible. Y no me quejo porque a pesar de todo (y de echarme 20kilos en cada uno de ellos, ya sabéis, los líquidos) he conseguido volver a mi peso anterior, gracias seguramente a la lactancia materna que me echó una manita y a la falta de sueño por tener unos hijos muuuuy activos y de alta demanda! Pero, sin duda, lo que más me ha hecho adelgazar siempre ha sido el estrés que genera la vuelta al trabajo donde ya os digo que tanta carrera de buena mañana (y no, no me iba a hacer running al parque) hace que te olvides a veces hasta de comer! Y, en verdad, eso tampoco es bueno ni saludable, pero también es una realidad!
Yo en pleno postparto, a puntito de irnos del hospital camino a casa con nuestra preciosa niña… y como veis, estaba aun muy “lozana”, jajaja… pero feliz!
Si, el peso es posible recuperarlo, peeeeero “las carnes”, ésas, ésas ya no vuelven a su sitio. Y mira que yo me considero una “mari cremas” total, o sea, que no será por echarme potingues para esto y aquello, pero la gravedad es cruel y estirar por tres veces la piel de semejante manera, pues no, no va a quedar igual, ni eso, ni las ojeras perpetuas que se han instalado en mi cara!
Al final no hay mas consejo que aprender a querernos y aceptarnos tal y como somos, comprender que el resultado de nuestro cuerpo actual viene de haber creado una vida, nada mas y nada menos. Hay cicatrices, estrías, piel fofa, barriguilla perpetua, varices, ojeras, celulitis… y mil y un defectos que nos encontramos cada dia con nuestro ojo crítico frente al espejo. Hasta que viene tu marido y te dice que estás estupenda, que ya quisieran muchas después de haber tenido tres hijos y un “si quieres luego te lo explico mejor” con una sonrisilla traviesa de medio lado…
Y le miras, y te miras, y piensas, pues sí, es verdad, PORQUE LO VALEMOS, Y MUCHO!
Seamos realistas, seamos conscientes de nuestra propia proeza y de que lo normal, lo natural es vivir este proceso de cambio, esta metamorfosis como os contaba en este post… y es que nunca seremos igual que antes por fuera, pero por dentro mucho menos, SOMOS MADRES, SOMOS CREADORAS DE VIDA y estas serán nuestras “heridas” de batalla!
6 Comentarios
Así es, yo nunca llegare a ser la que era antes de nacer mi hija, ni de cerca, pero la tengo conmigo y eso me basta. Ana Roberto.
yo ya lo he dicho todo….con una sonrisilla traviesa de medio lao…..
D
Es cierto! Mejoras bastante pero siempre te quedan las heridas de guerra Que te recuerdan tu proeza de dar vida y de las que presumiras ante tus amigas como las historias de la mili .(mcsal)
Es complicado estar divina despues de engordar todos ésos kilos… y ya no somos las mimas, somos una versión mejorada 😀
Sois unas valientes y unas abnegadas madres, lo merecéis todo y por supuesto que estáis divinas. Un besazo preciosa!
Es verdad, yo tengo tres niños y e recuperado mi peso pero el cuerpo no vuelve hacer el mismo…… Barriguilla, estrías…..